2010

El diálogo de la noche

Con el transcurso del tiempo da igual lo que sucediese en el pasado, lo importante es cómo lo recuerda la gente del presente (ya sabéis, eso de que la historia la escriben los ganadores…) y, en este caso en concreto, Marina no sale bien parada xD

Inagotable : sí, fue aquella profesora que te llevaste por delante con el coche.
Marina : ¿que qué? yo no la atropellé.
Inagotable : ¿no te acuerdas que estuvo unos meses de baja por un accidente de tráfico?
Marina : no.
NeoRazorX : es verdad, yo sí que me acuerdo de algo de eso.
Marina : o_O ¿de que la atropellé?
NeoRazorX : recuerdo algo de un accidente que tuviste.
Inagotable : ahm, a lo mejor NeoRazorX de lo que se acuerda es de cuando te rompiste el pie…de pisar el acelerador por supuesto xD
Marina : seguramente fue tras el intento frustrado de matar a mi compañero de prácticas 😛

PD: Marina es estupenda pero siempre me acabo metiendo con ella en el blog, no lo entiendo xD

Cimentando las calles por la mañana

El siguiente camión hormigonera debe ser de los que se encargan de poner las calles por la mañana, basta decir que nunca había visto uno de ellos. Sin duda la crisis se extiende por todos los sectores y el de la construcción es uno de los mayores afectados, tanto como para racanear en la mezcla del cemento y que te hundas con él.



Sucedió en Los Ángeles, en un rampa donde el camión rompió una tubería de agua al caer, vertiendo el hormigón que le quedaba en el interior del agujero.

Vía Jalopnik.

Castillo de naipes

A veces, una pequeña frase o un pequeño gesto da pie a que, en nuestro interior, se empiece a construir un gigantesco castillo de naipes lleno de maquinaciones infundadas. Todo ello no hace más que llevarte a los malentendidos y, a partir de ahí, las cosas sí se ponen serias sino se aclaran rápidamente.

Dependiendo de la persona, ese castillo se vendrá a bajo con un poco de raciocinio pero en otras, en cambio, los naipes estarán unidos con pegamento y hará falta algo más persuasivo que argumentos simplemente razonables.

Por ejemplo, la mala interpretación de un gesto facial de una persona A puede llevar a una persona B a creer que es despreciada y esto, a su vez, hará que el resto de acciones de la persona A esté condicionado a entrar en la misma categoría de «sentirse despreciado» de la persona B. Pero ¿realmente era un gesto de desprecio?

Lo más curioso a mi parecer es el crecimiento de esa fortaleza en el sujeto, el cómo se unen los pequeños detalles para formar una realidad distorsionada pero completamente defendible por aquella persona que la siente en su interior.

Pararse a pensar objetivamente, preguntar a terceras personas y ser claro consigo mismo y con los demás, quizás sean buenos ingredientes para que ese castillo de naipes no acabe siendo una muralla más ante los demás.

Otros temas relacionados a tratar podrían ser la falta de confianza en si mismo, la dependencia de la opinión de los demás y el miedo al rechazo social, pero igual esto se hace muy rollo para el mes de agosto.

Campus Party 2010

Este año volví a acudir a Campus Party donde, por una semana, se concentran un gran número de personas con sus ordenadores. Es la cuarta vez consecutiva que acudo y la última.

Han mejorado algunas cosas con respecto al año pasado pero hay otras que han caído en picado (número de personas, contenidos, etc.) o que simplemente no puede controlar la organización (el civismo de las personas).

Siempre acudo con la idea de poder desenchufar de la vida cotidiana, ir a mi rollo y poder estar tranquilamente haciendo lo que quiero con el ordenador, pero es imposible llevarlo a cabo, sobretodo la última parte.

En los últimos años la Campus se ha ido llenando de gente que se dedica a gritar de forma reiterada (al borde del colapso cardíaco), utilizar megáfonos o hasta vuvuzuelas de tal forma que te es imposible escuchar una simple película.

Si a esto último se le suman unas cuantas cosas más como el que la gente arme alboroto en la zona de acampada, exclusiva para dormir, pues terminas la semana con los nervios destrozados.

Así que ahí se quedan.



Nombres de mujer

En Mi Mesa Cojea vi una entrada en la que se hacia la prueba de buscar nombres de mujer al azar en Google Images con el SafeSearch desactivado. En los resultados se obtenían, en su mayoría, imágenes guarrillas, nada soprendente si se tiene en mente el dicho de «Internet is for pr0n».

Pero ¿qué ocurre si probamos con el nombre de Eleanor? Pues que, en vez de salir pr0n a secas, sale car pr0n y se rompe la racha. Esto se lo debemos a la película de 60 Segundos, donde el coche estrella, un Ford Mustang Fastback de 1967 adaptado, hizo furor con el sobrenombre de Eleanor.



Y es que, no todo van a ser chicas ligeras de ropa.

MySQL

Estaba yo tan feliz programando un aplicación que utilizaba MySQL como base de datos cuando, de repente, al dar de alta un nuevo registro en un tabla me saltaba un error que decía:

MySQL Duplicate entry for key PRIMARY

Extrañado, comprobaba una y otra vez el hecho de que la clave principal de aquella tabla era auto-incremental, pero cuando tenía que pasar del valor 127 al 128 se le iba la pinza y siempre intentaba meter el 127 que, como ya existía, saltaba el error.

Buscando por Internet, encontré un bug muy similar a lo que me estaba pasando, pero aquello parece que quedó zanjado en 2008, aunque igualmente probé con alguna solución propuesta sin éxito. Ante tal situación y creyendo que era problema del motor interno de InnoDB, pensaba que tendría que cambiarlo pero entonces me quedaría sin las transacciones y, por tanto, sin los rollback.

Menos mal que al final di con la solución. El campo que utilizaba como clave primaria era de tipo TinyInt que sólo puede almacenar desde -128 hasta 127, por lo que cambiándolo a tipo Integer la limitación me lleva hasta 429.4967.295 registros. Ni bugs ni tonterías, una mala elección por mi parte al diseñar la base de datos.

Hard Gay

Masaki Sumitani es un comediante japonés famoso por su personaje Hard Gay que, enfundado en traje de PVC, movimientos pélvicos poco decentes y la música de Livin’ la Vida Loca va por Japón atemorizando a los viandantes.

En uno de sus programas, que se realizaba en el día del padre, decidió salir a la calle a liarla. Uno de los mejores momentos fue cuando se paró ante dos tipos serios, de unos treinta y con cara de pocos amigos y, a uno de ellos le hizo llamar a su respectivo padre para felicitarlo. La cara que ponía el tío mientras llamaba no tenía desperdicio.

En otra de sus aventuras decide ir a Yahoo a montar el lío y juraría que uno de los trabajadores con los que se encuentra es un profesor de la universidad que tenía yo…



Es muy curioso ver las tan variadas reacciones que tiene la gente ante tal personaje.

Ser informático en la familia

Mi hermana mayor me llamó por teléfono justo cuando entraba por la puerta de mi casa después del trabajo, parecía que hubiese calculado los tiempos milimétricamente. En seguida supe que, si quería hablar directamente conmigo, era porque había un interés técnico en el fondo y no me equivoqué.

Me contó de un problema con el portátil y la wifi que no quería funcionar. Finalmente, lo pudimos arreglar aun con el llanto de Champi de ambiente. Y es que el pobre, no acepta que su madre le preste más atención al teléfono que a él, que según me han contado es un poco cotilla, capaz de dejar de mamar para girar la cabeza y ver quién ha entrado por la puerta en ese momento.

No me quiero imaginar a todos aquellos que tengan un problema con el ordenador y no tengan un amiguete o familiar apañado para esas cosas. Pero debe ser peor ser médico (hola JB xD ) y escuchar todos los males, algunos más desagradables que otros, de toda la familia…

Sobre Champi sólo decir que hace pucheros y se pone a llorar cuando me oye por teléfono, creo que intenta hacerme captar alguna indirecta. Aunque va avanzando y, según mi hermana, ahora pide las cosas (que yo creo que más bien las negocia) y se duerme él solito, aunque otra cosa es que sea capaz de dormir 2 horas seguidas sin molestar a mi hermana.

Me han robado el portátil

Ya sé que alguno de vosotros saltaréis con el tema del uso de Prey (que, por cierto, sería la primera aplicación que le pondría a mi móvil Android), pero el problema estriba en que sé perfectamente quién lo ha usurpado de mis manos, junto a todos sus accesorios: mi padre, que ha descubierto Youtube y Google.

Desde hace poco mi padre se habituó a coger el portátil en vez de poner la televisión de su cuarto en horas de siesta, pues el pobre CRT iba muriendo. Así que ahora, en vez de quedarse dormido con el mando del televisor agarrado, se queda dormido con la mano sobre el touchpad.

Ahora ve lo que quiere y cuando quiere, desde programas de televisión hasta vídeos de demostración de maquinaria de su oficio. Es una ventaja sobre el aburrimiento que supongo que tuvieron que vivir nuestros antepasados.

En fin, que del portátil me puedo olvidar; es más, lo último que hice con el portátil fue grabarle un cd de música a mi padre de los vídeos de Youtube que me indicó que quería, para poderlo escuchar en el coche.

Menos mal que mi Ipod Suffle no llama mucho la atención…

Mumble

Mumble es, básicamente, una aplicación para hablar por Internet, muy utilizado en juegos online y que se caracteriza por una calidad de sonido alta en bajas latencias. Es una aplicación, que a diferencia de TeamSpeak, es libre y gratuita para Gnu/Linux, Windows y Mac OS X. También parece haber un proyecto abierto para Android, pero hay que llevar cuidado porque las cláusulas de las operadoras de telefonía móvil pueden prohibir el uso de tales aplicaciones en sus redes.

Lo bueno del programa es que detecta cuándo estás hablando con lo que no tienes que darle a ningún botón (aunque exista la posibilidad), tiene cancelación de ruido y una tecnología llamada sonido-posicional perfecta para los juegos entre otras cosas.

El percusor de que acabase montando un servidor de Mumble para nuestro propio uso fue Darknekros. Con él estuve probándolo y funciona de maravilla, al menos en Linux. La instalación del cliente es básica en este sistema porque está en los repositorios de Ubuntu y en el one-click de OpenSuse (recomiendo el repositorio de Dahool.

La instalación del servidor es algo más compleja, al menos en OpenSuse 11.1:

  • Abrir el puerto 64738 (TCP y UDP) en el router y el cortafuegos.
  • Instalar Mumble Server (Murmur) desde el repositorio de Dahool.
  • Editar el fichero de configuración /etc/mumble-server.ini donde lo más importante es indicar el valor database=/var/lib/mumble-server/murmur.sqlite
  • Asignar la contraseña del administrador con el comando murmurd -ini /etc/mumble-server.ini -supw contraseña
  • Y, si hiciese falta, reiniciar el servicio /etc/init.d/mumble-server restart.
  • Ahora sólo me falta ponerlo a prueba con más gente a ver qué tal rinde.

    Hasta arriba

    Durante un par de meses voy a estar la mar de entretenido. Me toca trabajar, como siempre, estudiar para un examen en junio y terminar una aplicación mayormente desarrollada en C#.

    Eso ha producido que paulativamente haya aparcado dos proyectos, el de 365 fotos y otro en PHP que quería rehacer usando Symfony. Espero retomar ambos en julio, sobretodo la fotografía, para lo que aprovecharé la Campus Party.

    Así que el reto va a estar en aprovechar mucho el tiempo, que no me sobra, y esperar a que no me surjan más historias, porque siempre me quita algo el tiempo de las tardes.

    Melanocitosis dérmica congénita

    O más ámpliamente conocida como mancha mongólica pues afecta hasta en un 90% a niños de raza negra, asiática y mestizos (nada tiene que ver con la enfermedad de síndrome de Down o mongolismo), consistente en una pequeña mancha de color azulado o gris pizarroso que se encuentra presente en un 15% de los niños de etnia blanca, situada en la parte inferior de la columna, zona baja de la espalda y nalgas.

    No tiene mayor relevancia que la de una mancha que desaparece al cabo de los años, y a Champi le ha salido una, a modo de medalla al lloro persistente sin aparente motivo, que para medalla, la que deberían darle a su madre por la paciencia que tiene que tener con él.

    Menos mal que, a sus casi casi tres meses de tiempo, ya empieza a interactuar con el mundo que le rodea o, al menos, ser un poco más consciente del mismo. La televisión ya le llama la atención y comienza a coger cosas para llevárselas a la boca. Supongo que, hasta que le salgan los primeros dientes, habrá un lapso de tiempo de mayor tranquilidad en la que la criatura se entretendrá más fácilmente y no llorará tanto. De todas formas, menos mal que todavía no se desplaza por propia voluntad.

    Spoiler Alert





    Relato sin nombre – Parte 6

    Relato sin nombre – Parte 1
    Relato sin nombre – Parte 2
    Relato sin nombre – Parte 3
    Relato sin nombre – Parte 4
    Relato sin nombre – Parte 5

    Una de esas fiestas a las que todo el mundo se auto-apunta y en la que nadie sabe con seguridad qué se está celebrando, pero la música suena y el alcohol discurre con facilidad, no hace falta nada más, ni motivos ni razones.

    Allí estaba él con sus amigos, hablando de cómo acabaron la última vez en una fiesta por el estilo, tan alcoholizados que invitaron a los policías que los pararon a unas copas. Entre risas se distanció del grupo en busca de uno de esos sandwiches que en alguna parte distribuyen, que desaparecen al instante y que empiezan a convertirse en un mito. La gente no parecía mostrarse colaboradora, cruzar la sala suponía apartar y esquivar personas que se movían peligrosamente balanceando sus bebidas en un desafío hacia la mecánica de fluidos.

    De entre todas aquellas personas que voceaban, que reían o que simplemente permanecían de pie, se encontró sin esperarlo con ella, la chica que se despidió de él hacía ya dos años, la que había marcado un antes y un después en aquel recóndito lugar donde guardaba lo más personal que tenía.

    Ella también lo vio y, aunque él no apartó los ojos de su rostro ni un solo segundo, fue perfectamente capaz de discernir su brazo agarrando al de su acompañante masculino. Unos segundos de tensión donde el silencio inexistente pareció emerger para ambos.

    Mantuvieron una escueta conversación de unos minutos, distanciada, simbólica e insulsa pues el momento no era el adecuado para ponerse al día, había demasiado ruido, gente de más y un supuesto novio presente y atento a las palabras y gestos que aquellos dos intercambiaban. Se despidieron como amigos ocasionales y cada uno volvió a lo suyo.

    Se sintió contento de haberla visto de nuevo, estaba espléndida y en sólo unos segundos fue capaz de recordar aquello que tanto le gustó de ella, esa forma apacible de aguardar sus palabras, como si fuese capaz de esperar eternamente a que él pudiese encontrar la palabra perfecta para expresarse. Se recordó así mismo lo difícil que era encontrar a alguien que te escuchase de esa forma, pero tampoco la añoró por ello, en realidad no experimentó ningún sentimiento de tristeza por su reencuentro, algo que, algún tiempo atrás, no hubiese sido igual.

    Atrás quedaron sus noches llenas de pensamientos confrontados, cargados de sentimientos que perduraban más allá de su voluntad y que tantos altibajos emocionales le causaron en su vida cotidiana. Le costó su tiempo aceptar las cosas y más aun sacar fruto de ello, todo esto mientras se reincorporaba a su antigua vida en solitario y recuperaba el devaluado valor de sus objetivos en la vida.

    Quizás por esto último no se sintiese completamente satisfecho consigo mismo, no sentía haber avanzado en su pequeña existencia, sólo percibía haber aprendido lo que era capaz de recibir y dar, comprobando sus límites, saboreando el agridulce mundo que se crea entre dos personas realmente unidas.

    – Podría estar reflexionando durante horas sobre mi mismo pero seguiría sin encontrar los dichosos sandwiches, damn.