Tecnología

Facebook, el acosador

Un día como cualquier otro recibes un email de invitación a Facebook de una amistad tuya cuando te das cuenta que te diste de baja de ese servicio hace tiempo (a pesar de que no te lo ponen fácil) y esa persona dice no haber entrado en Facebook desde hace bastante tiempo (con lo que no te ha enviado ningún email conscientemente).

Así que decides hacer uso del enlace que hay en el pie del email que pone:

If you don’t want to receive these emails from Facebook in the future or have your email address used for friend suggestions, please click: unsubscribe.

Le das a unsubscribe y te manda a una página de Facebook que pone:

From time to time, people may send emails to you through Facebook. Examples include when they invite you to an event, tag you in a photo or add you as a friend. If you continue, you’ll no longer receive any of these emails. Also, Facebook will no longer use your email address to generate friend suggestions for you and others. We’ll still keep a secure record of your email address so we can make sure you don’t receive these emails.

Do you want to stop receiving these notifications at em&il@em&il.com

Es decir, te quitan las notificaciones estúpidas pero se guardan tu correo electrónico por si acaso se les olvida no mandarte emails. ¿No sería más lógico eliminar mi dirección de email de su sistema para que no reciba notificaciones?

Y la duda que me asalta es: si les digo que no quiero recibir notificaciones ¿también les estoy dando permiso a almacenar mi cuenta de correo electrónico?

Con razón le cogí asco.

El relojero ocioso

Cuando se me terminó la pila del Lotus me dije «Bueno, si he podido cambiar la del Casio, digo yo que podré con este también». Así que, como buen internauta que soy, investigué con la ayuda de Google buscando la mejor forma de destripar el reloj analógico sin causarle daño y es que, cuando algo no tiene tornillos a la vista me pierdo.

Al final, fui a parar a un blog de gente aficionada a coleccionar toda clase de relojes y fue allí donde me enteré de varias cosas. La primera de ellas fue que no todos los relojeros hacen un buen trabajo, hay algunos que te dejan la tapa trasera del reloj rayada de los intentos de abrirlo. Y la otra cosa fue que el Lotus tenía un cierre con unas gomitas que lo hacían estanco para evitar la condensación en su interior y que era mejor llevarlo a un relojero o al servicio técnico (todo por una pila que apenas dura 2 años…).

Fui a un relojero del que me habían hablado bien. Lo que más me llamó la atención es que el pobre tenía una prisa tremenda en despacharme para sentarse de nuevo en el ordenador (seguramente estaría jugando al parchís online). Le mencioné mi preocupación de que resultase dañado por lo que había escuchado y el me dijo que estuviese tranquilo que llevaba en la profesión 100 años o más, milenios, de antes de los relojes de sol y antes incluso que el sol.

Volví al lunes siguiente por la mañana y me dijo que aun no lo tenía (fui un sábado), que volviese por la tarde y se sentó de nuevo con prisa en su ordenador. Yo me mosqueé porque le había visto buscar mi reloj entre 4 que tenía por allí, que vamos, que no parecía tener mucha carga de trabajo.

Así que volví el día siguiente y me llevé mi reloj en perfecto estado, con pila nueva, o eso creía. Resulta que el cronómetro, cuando se tenía que poner a cero, no dejaba el secundero cuadrado en el 12, sino que lo dejaba un poco antes. Así que pensé que sería una tontería por lo que volví y se lo dije. Cuando lo vio me dijo que eso era algo que podría haber solucionado yo mismo si me hubiese leído el manual, que era un poco tonto si no lo había hecho, a lo que le dije que el manual lo leí el primer día que me lo regalaron, que cómo me iba a acordar, que enseguida lo relacioné con el cambio de pila.

Se ve que no le gustó cargar con la culpa, que para la estupidez que era no resulta ser un problema. Pero la prepotencia y el trato estúpido se le desbordaba por la boca y me hizo pensar en cómo había conseguido mantener su negocio por más de un año seguido. Que no me espere para el próximo cambio de pila y que cuando el router le deje sin conexión para su parchís online le manden buscar el manual.

The winter is coming y yo tengo un calentador ecológico

Mi calentador de agua, cuya fuente de energía emana de unas estupendas bombonas de butano color naranja, tiene especial cuidado con el medio ambiente y es consciente de lo derrochadores que son los seres humanos en cuanto a recursos naturales.

Es por todo esto que mi querido calentador de agua deja de proveerme agua caliente a partir del minuto y medio que el grifo está abierto. Con ello consigue un gran ahorro de agua, pues me toca cerrar el grifo al a penas caer una gota fría sobre mi piel.

Lo complejo del asunto es que, si quiero agua caliente de nuevo, debo abrir y cerrar el grifo tres veces más por periodos de tiempo muy cortos. Supongo que es una forma de indicarle al calentador que, de verdad de la buena, quieres usar agua caliente y que no la pides por equivocación. Obviamente, en esta nueva ocasión el periodo de tiempo se reduce al minuto.

Sin embargo, a pesar de la lógica aplastante de lo narrado arriba, parece que no se ajusta a la realidad y que el calentador detiene su funcionamiento al detectar que los gases no son evacuados de forma correcta. Quizás en el conducto de ventilación exista un nido de pájaros o quizás el sensor no anda muy fino. De todos modos me extraña que con la ventana abierta al lado tenga problemas de ese tipo.

Aire acondicionado y agua

He utilizado un par de veces el aire acondicionado que está enganchando a una garrafa de agua de 8 litros y he podido comprobar la cantidad de agua que arroja en unas pocas horas, como unos 5 litros.

Así que he estado pensando que es tontería desperdiciar toda ese agua, a fin de cuentas es gratis (sin contar el gasto lumínico del aire acondicionado). Pero claro, no conocía bien su toxicidad, pues siempre he escuchado decir que era agua destilada.

Después de unas cuantas consultas por Internet he leído que el agua no está destilada sino que, al ser la recogida por la humedad del ambiente, contiene en su mayor parte polvo y grasa.

A fin de cuentas puede ser útil para fregar el suelo e incluso para regar las plantas (dicen que al no incorporar cloro es beneficioso pero hay que llevar cuidado porque no contiene minerales).

Por ahora no creo que me vaya a duchar con ese agua pero desde luego no la voy a tirar.

El pitocondrias

Como toda garantía actual dicta, al cabo de 2 años nuestro microondas murió, al parecer porque el magnetrón dejó de funcionar, pues el resto de cosas como el grill iban sin problemas.

Como ya os conté, su pitido era detestable y su substituto no fue mejor. Nuestro actual pitocondrias microondas, cada vez que finaliza, emite 5 pitidos en vez de uno. Parece que se empeñan en mejorar la impertinencia de los electrodomésticos.

Después está el problema de la botonera, que no hay quién la entienda con los símbolos tan raros que tiene impresos (para que después se quejen de cómo diseñamos los informáticos los formularios). Antes eran mucho más sencillos, con dos ruedas analógicas para potencia y tiempo, sin tonterías ni historias digicuánticas.

A este paso me veo tirando el microondas al suelo, pateándolo mientras, entre lágrimas de impotencia, le suplico que deje de pitar para que, en ese preciso momento, el tostador haga lo mismo y me induzcan a la locura. Después los vecinos acreditarían lo buena persona que era y que jamás hubieran pensado que fuese capaz de volverme amish.

El lavavajillas sin papeles

Nuestro maravilloso y trabajador lavavajillas Siemens ha dejado de funcionar, tras 11 años ha decidido que ya era suficiente trabajo sucio el que hacía.

Contactamos con la mayor brevedad posible con el servicio técnico de la marca y, tras una prolongada espera, el técnico apareció y dictaminó que era problema del motor y que habría que substituirlo.

Nosotros no vimos pega en acceder a la reparación, pues un lavavajillas nuevo no es barato, pero no encontramos ante la negación del técnico a repararlo. Nos informo que habían tres clases de motores diferentes para esa gama de modelos, que dependiendo del modelo concreto iba con uno o con otro, y que no estaban dispuestos a asumir la compra de los tres motores para después vendernos sólo uno.

¿Y por qué no comprar el motor específico para ese modelo concreto? Pues porque el técnico no fue capaz de averiguar dónde estaba situada la chapa identificativa del lavavajillas donde se indica claramente el modelo del mismo. Menos mal que el técnico trabaja para Siemens y debe tener acceso a toda la información relativa a sus productos…

Así que toca quejarse directamente a Siemens.