2009

La denuncia

El otro día salí al balcón para regar el lirio y algo me llamó la atención. Asi que me armé con mi cámara e hice unas fotos. El resultado de tal acción ha acabado en una denuncia contra mi persona.

Parece ser que la parte demandante, la Asociación de Arañas Pegadas (la famosa AAP de la que el mismísimo Spiderman forma parte) me ha demando por intromisión en la intimidad y violación de los derechos fundamentales de las arañas, pues he comprometido la información sobre la localización de la trampa que forma el principal sustento de la araña que se ha alojado en mi lirio.

Hemos pensado en tirarla, pues el lirio es de mi propiedad y eso convierte a la araña en una okupa, pero conforme están las leyes españolas nos podría llevar algún que otro año de trámites burocráticos. Eso en el mejor de los casos, porque si es una especie protegida seguramente me echarían a mi.

Mi hermana pequeña, por su parte, está negociando un trato en el que la araña se encargue de los insectos voladores a cambio de quedarse allí. La única condición es que no críe mini-arañas, pero parece que eso no le ha gustado pues argumenta que los huevos son suyos y no piensa abortar llegado el caso.

Las polémicas fotos a continuación (tened en cuenta que la araña es del tamaño de la bolita de la punta de un bolígrafo, con enfoque manual y a pulso…como siempre):


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Recuerdos de Japón

Un día de estos, quizás cuando me paguen puntualmente todos los meses y lo hagan con una cifra acorde con mis aptitudes (qué idílico 🙁 ) haré un viaje a Japón. ¿Por qué a un lugar tan lejano y tan saturado de gente? Quizás sea por ver la convivencia dispar entre la tecnología más vanguardista y su cultura ancestral, o quizás es causa de haber visto demasiado anime/manga…da igual xD.

Mientras me tendré que conformar con las vivencias descritas escuetamente (una foto y un título xD ) por otras personas y los obsequios que éstas me traen (tras mis lloriqueos xD). En esta ocasión la cosa ha cambiado drásticamente y ya no son piedras lo que me han traído.


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Entre todas esas cosillas que se ven en la foto hay:

  • Unos palillos Made in Japan que hacen morirse de envidia a mi hermana pequeña (muahahahaha).
  • Una postal de la Torre de Tokio adornada con un cerezo típico y dedicada por detrás que incluye firma para falsificar cheques (juas juas).
  • Un Kit Kat pequeño (allí parece que todo lo hacen pequeño salvo los teléfonos móviles que parecen tanques…).
  • Y unas cuantas cosas más que parecen comida (una de ellas parece ¡un pezón! en serio).

Como todo el texto viene en japonés y no vienen fechas de caducidad que yo pueda entender, tendré que ir probando…

Así que Onir, domo arigato gosai mas! 😀

PD: me esperan agujetas en los dedos, como cada vez que como con palillos en el buffet libre japonés xD

La amenaza cuasi fantasma

Cuando ya creía haber dejado atrás los días en los que mi vida corría peligro (salvo por el tráfico diario), llegó, de nuevo, mi ex-compañera de prácticas a poner fin a esa tranquilidad.

Estuvimos dando una vuelta por la playa de Alicante que, contra todo pronóstico, albergaba unas aguas tranquilas como si de un lago se tratase. Algo de lo que se lamentó en voz alta mi ex-compañera de prácticas, que perdió la oportunidad de arrojarme al impetuoso mar que suele arremeter sobre las rocas.


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Pero no le faltaban recursos. Con la excusa de obtener una mejor vista de la playa fui conducido a un puente oxidado, deshecho, tambaleante y suspendido a 20 metros sobre una carretera de doble carril y doble sentido. Me hizo pasar hasta una segunda vez cuando había más gente y, por tanto, más peso sobre aquel hierro oxidado alicantino en el que ella daba saltitos para ver si cedía.


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Al quedarse sin recursos que hiciesen de mi muerte algo accidental y trágico, como último intento probó con una horda de motoristas que, por suerte, pude eludir y no me extraña, porque a ver quién se aclara por las calles alicantinas 😛 .


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Finalmente fuimos a tomar unas coca-cola’s y, como viene siendo habitual, la misma mujer mayor de siempre, gitana y con las rosas más que marchitadas y deshechas nos estuvo increpando durante 10 minutos de reloj para que le comprásemos una. Mi ex-compañera de prácticas se mostró impasible, con ojos pétreos y apunto estuvo de retarla a duelo a muerte sino llega a ser que la mujer se acobardó y, mientras nos maldecía, se marchó hacia un grupo de turistas.

A cambio de tanta tensión me llevé a casa un recuerdo de Granada, lo que viene a ser una piedra, pero especial, al igual que todas las que me regalan 🙂 . Esta tenía un motivo característico en azul y un potente imán en su parte posterior que espero que no cause efectos secundarios…si es que después de los inocentes caramelos no me puedo fiar 😛 .


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De todas formas, no me explico como aquel domingo pudo acabar sin víctimas…


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De lirios de grandeza

Tras la gran originalidad derrochada el título del post (que hasta me ha sorprendido a mi mismo), viene lo que viene siendo habitual: el seguimiento de vida de mi preciado lirio (en capítulos anteriores).

Sigue siendo verde, sus hojas más extensas tienen una longitud de más de 30 centímetros (más de un palmo…de los míos xD) y una anchura mayor a los 15 centímetros. Empieza a coger altura y se nota la lucha entre ramas para llegar más arriba y con la orientación perfecta hacia el sol (como giro la maceta, ellas van de un lado para otro como un radiotelescopio xD).


22 de abril de 2009
Se empieza a abrir un nuevo lirio mientras el antiguo permanece marchito.
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24 y 25 de abril de 2009
Mientras termina de abrirse uno, empieza a asomar otro nuevo.
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25 de abril de 2009
El que aun permanece cerrado no hace más que coger altura, no creí que fuera a crecer tanto.
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27 de abril de 2009
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Lameculos de autovía

También conocidos en el ámbito científico como Lameculos impatiens turboinyectus, son aquellas personas que viajan a gran velocidad por el carril de la izquierda (sólo usan el carril de la derecha para forzar el adelantamiento) que no dejan un margen mayor de 30 centímetros con el coche de delante, al que atosigan con su proximidad y al que le conceden algún que otro extra como bocinazos y darle a las luces largas, sean cual sean las condiciones de tráfico.

El problema se presenta cuando el que va delante decide que se ha cansado del idiota que lleva pegado detrás a 5 centímetros o cuando, por motivos ajenos a la voluntad del conductor, se ve forzado a dar un frenazo.

Qué decir si el que va delante lleva un Hyundai Santa Fé GMC Envoy (gracias por el apunte Jorge) de casi 2 toneladas y el que va detrás es un Lamborghini Murciélago con una aerodinámica más que excelente 😀 :


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Via 6 Speed Online.

Electrodomésticos detestables

Nuestro viejo microondas pereció tras muchas horas de servicio y a nuestro padre se le fue prohibido desmontarlo para intentar arreglarlo. Así que compramos otro microondas, moderno y capacitado para arduas tareas culinarias y digital…muy digital.

Tiene una pantalla LCD que marca la hora, donde seleccionar el tipo de alimento que vas a calentar y una rueda, que al girarla (digitalmente), te permite ajustar el tiempo y otras cosas. Pues bien, ese cacharro de última tecnología no hace más que pitar, pita por cada segundo que añades al temporizador, por seleccionar la potencia, por abrir la puerta, cuando termina su tarea y hasta por mirarlo. Es un pitido nada agradable para cuando te calientas el desayuno y estás disfrutando del silencio de la casa.

Me recuerda a los ordenadores de las películas que por cada tecla que se pulsa o cada cosa que hace lanza un ruidito. No está mal durante 5 minutos, pero si tuvieses que trabajar con él todo el día lo tirabas por la ventana.

Al final te acostumbras, superas el odio y consigues apartar el pitido que hace eco durante toda la mañana en tu cabeza. Pero se nos estropeó el tostador tras un «plas» al conectarlo a la luz y decidimos comprar uno nuevo. He de añadir que el tostador sí fue víctima de mi padre, que lo desmontó, verificó que no funcionaba y lo metió en una bolsa tal cual.

Compramos un tostador moderno, cuasi digital, donde el pan era colocado de forma horizontal en vez de vertical. Su funcionamiento era impecable y bastante cómodo salvo por un detalle: pitaba. Pitaba cuando él decidía que había pasado mucho tiempo encendido torrando las tostadas y al apagarlo, incluso cuando lo arrancabas del enchufe emitía un ahogado pitido de unas décimas de segundo.

Pero lo molesto no era el pitido, lo molesto era que emitía un pitido con un nivel sonoro por encima de cualquier despertador que haya tenido, agudo y prolongado. Así que al final, si desayunabas pan tostado, entre el microondas y el tostador acababas con un zumbido en la cabeza como para volverte a acostar.

A mi madre le dije que desmontaría el tostador, más tarde o más temprano lo haría y me desharía del dichoso zumbador.

¿A quién se le ocurre hacer electrodomésticos tan molestos?

Tomb Raider: Underworld

Usr me hizo caer en su trampa y la semana pasada, durante las fiestas, me vicie a Tomb Raider: Underworld hasta terminármelo. Parece mentira como me enganchó cuando nunca me ha convencido del todo ningún Tomb Raider (recuerdo la demo del primero y el segundo con mi TNT2), pero este ha sido diferente. lcunderworld

Quizás fueron los detalles gráficos como el brillo de la piel después de salir del agua, los haces de luz bajo el mar, la suciedad después de tirar al personaje por el suelo o la secuencias cinematográficas que me hicieron sentir estar en una película, intrigado por sus personajes y el desenlace.

O tal vez fue la completísima banda sonora que daba un ambiente que muchos juegos deberían envidiar o algunos escenarios que te dejan impresionado, como la entrada submarina custodiada por gigantescas estatuas de piedra.

No soy de este tipo de juegos por lo que estoy sorprendido de habérmelo pasado y en tan poco tiempo. Pero bueno, a lo mejor exagero y es todo fruto del tiempo libre que te ofrecen las vacaciones 😛 .

Humo

Estando en un restaurante de comida italiana, en una pequeña mesa compartiendo nuestros platos de pasta y pizza, sonó la alarma de incendios. El restaurante enmudeció de pronto, aunque algunos críos aun seguían dando el follón y el hilo musical seguía sonando con agradable música que ahora nadie le prestaba atención.

Nosotros veíamos el pasillo que daba a la cocina y esperábamos ver el humo o incluso el fuego o su resplandor. Una camarera se acercó a la cocina para saber qué pasaba y al rato salió sin muchas prisas. Unos segundos más tarde la alarma se apagó y todo volvió a la normalidad.

Lo que me llamó la atención es que los aspersores no se pusieran en marcha. Aunque para esta ocasión lo preferí, de lo contrario nos hubiesen dejado empapados y sin comida.

Cocineros del mundo, tengan cuidado con los flambeados 🙂 .

Botellón

El domingo después de comer:

Yo : mamá, esta tarde me llevo un cartón de leche (flashback).

Mi madre : ¿y qué vas a hacer con un cartón de leche?

Yo : he quedado con unos amigos para hacer botellón.

Mi madre y mi hermana : o_O O_o

Yo : sí, es que vamos en plan sano…

Mi madre : ¬¬

Mi hermana : xD

Yo : ¿Quéeee?

Mis clases de filosofía

En 1º de BAT, como novedad, llegaron las clases de filosofía y con ellas la elaboración de disertaciones. Un día el profesor decidió mandarnos hacer una a partir de un texto cuyo tema ya no recuerdo.

Cuando llegué a casa y leí el texto un par de veces no supe bien qué hacer, no sabía bien qué se suponía que tenía que escribir así que lo comenté con mi madre. Mantuve, con ella y mi hermana pequeña, una conversación sobre lo que trataba el escrito y, tras esta, me di cuenta que todo lo que había dicho durante el coloquio era lo que tenía que escribir sobre papel. Aquella tarde escribí un folio y medio a mano, con mis márgenes, tabulaciones, alineación de texto justificada y esas cosas que tanto me gustaba respetar.

Al día siguiente, el profesor iba corrigiendo en clase las disertaciones. Fue nombrando a mis compañeros sentados delante de mi y él iba comentando qué notaba creía que iba a ponerle a cada uno sin leer nada y así lo hacía después de leer. Cuando llegó mi turno me dijo, nada más mirarme, que no sacaría más de un 7 sobre 10 y yo me pensé «Desde luego que si lo piensa por anticipado, da igual lo que haya escrito, no creo que vaya a contradecirse después».

Leyó mi texto con atención, escribió la nota con su bolígrafo rojo y me dijo que tenía un 10, que la disertación estaba muy bien elaborada y que ahondaba en las ideas en vez de quedarme en la superficialidad. Aquello me sorprendió, no por la nota, sino porque fue capaz de reconocer su error cuando me juzgó a simple vista.

Rodeado de un mundo lleno de gente que creen que su opinión es la correcta está y que está por encima de los demás, pues se agradece encontrarte con personas capaces de rectificar su opinión, retractarse de sus comentarios e incluso disculparse o darte la razón cuando, dadas las circunstancias, podrían haberlo evitado.

PD: me llevé muy bien con aquel profesor, aunque nunca pude hacerle entender las diferencias de calidad entre un GIF y un JPEG :S .

Profesionales

Creo que todos nos hemos topado alguna vez con una persona incapaz de realizar correctamente su trabajo, dándonos lugar a un cabreo/mosqueo/malestar directamente proporcional a su ineptitud.

Habitualmente, cuando se me pide realizar una tarea, intento llevarla a cabo lo mejor que puedo, aunque siempre existen limitaciones como el tiempo que te dan y/o el presupuesto. Sé que disto bastante de la perfección y siempre intento aprender de mis fallos y aceptar tantas críticas constructivas como pueda, pero cuando no existen dichas limitaciones o, al menos, no suponen un impedimento en la calidad final del trabajo, no consigo entender cómo se puede ser tan chapucero.

A mi se me exige trabajo bien hecho y que sea previsor para evitar problemas en un futuro y me parece de lo más normal, por ello me pagan. Pero hay gente que le da igual, que vive acomodada o asqueada en su puesto de trabajo, incapaz o sin voluntad de hacer las cosas correctamente.

Así que, al final, tenemos fontaneros, electricistas, médicos, informáticos y un largo etcétera que no les da la gana de hacer las cosas con un mínimo de implicación y profesionalidad, que están en el mundo por estar mientras tú les pagas por un servicio que podría estar haciendo muchísimo mejor.

Lirio strikes again

Como sé que os parece más interesante la vida íntima del lirio (I y II), que mi procedimiento de replicación de datos de bajo presupuesto que intento llevar a cabo en mi trabajo, os pongo al día.

Después de observar que mi lirio estaba perdiendo robustez, inicié una maniobra de rehabilitación con agua, sol y abono. Vamos, lo que todos deberíamos haber tenido este puente pasado…


Semana del 7 de marzo de 2009
Tras la primera dosis de abono e incremento de agua.
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Semana del 13 de marzo de 2009
Tras su segunda dosis de abono, cambio de agua, pues desbordaba por fin por abajo (no hicieron falta pañales) y redistribución de tierra.
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Semana del 21 de marzo de 2009
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La Luna

Entre el sábado y el domingo pasados, un poco antes de las dos de la mañana, cuando me proponía irme a dormir, al apagar las luces vi un resplandor sobre el suelo de mi habitación que provenía de la calle.

Pensé que aquella luz era la bombilla encendida que había dejado algún vecino olvidadizo en la terraza de enfrente, pero era demasiado luminosa. Miré por el balcón y vi que era la luna, blanca y resplandeciente.

Así que cogí mi cámara, le monté el multiplicador 2x junto con el objetivo de 200mm, me apalanqué lo mejor que pude para mantener el pulso y lancé unas cuantas fotos en el agradable helor de la noche.


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En un antro

Estábamos allí, sentados uno en frente del otro, en aquel antro de atmósfera tenue con Urge Overkill tocando «Girl, You’ll Be a Woman Soon» de fondo. Permanecía inmóvil, absorto bajo tus hipnóticos ojos de distinto color. Cada uno de ellos me hacían sentir ver dos personas diferentes. El azul me dejaba ver la perfección de tus rasgos faciales, tu expresión comedida y tu eterna serenidad. La pigmentación verdosa del otro, en cambio, me mostraba tu intenso ímpetu, tu creatividad y tu vivaz júbilo. Pero ambos brillaban bajo la escasa iluminación, rodeados bajo una larga oscura melena rojiza, que caía a los lados de tu semblante con suavidad, trazando ligeras ondulaciones que no hacía más que darle un aspecto aun más exótico.

Acercaste tus labios a mi oído. Te escucho sumergido en el olor de tu cabello que grácilmente me acaricia la cara. Mi mente se arropa con cada una de tus palabras. Mi cuerpo se relaja en la tranquila velada. Respiro profundamente el aire que nos separa. En ese instante, toda mi vida y mi mundo se reduce a los escasos centímetros que nos separan.