2009

Las muelas del juicio final – El quirófano

Allí estaba yo sentado en mi sillón esperando a la enfermera. Cuando vino me puso una vía en la mano izquierda, algo que siempre me había dado mal rollo y por lo que no había pasado, pero ni me dolió ni me molestó. En cambio, los de la habitación de al lado les gustó tanto la enfermera que le decían que se dejaban agujerear con gusto, cuantas veces fuese necesario, si era por ella…lástima que no lo llevase a cabo.

La espera en el sillón, con la ya incómoda vía en la mano, se prolongó durante 3 horas, durante las cuales la almohada que tenía al lado, en la cama, cobró un matiz realmente atractivo que invitaba a dejar caer la cabeza sobre ella. Para entonces ya llevaba 11 horas de ayuno y a los de al lado no se les ocurrió otra cosa que empezar a hablar de comida y bebida fresca. Menos mal que más tarde cambiaron de conversación y prefirieron hablar de fútbol y perros.

Finalmente, el camillero vino a por uno de nosotros con una silla de ruedas. El tipo tenía las ojeras más inmensas que jamás he visto y eso no transmitía mucha confianza :S. Se llevó a uno de mis vecinos, así que la cháchara se les acabó y hasta un rato después no lo trajo de vuelta. El tercero fui yo, me llevó presto hasta el quirófano donde el ambiente era bastante frío.

Lo primero que hizo el cirujano fue coger las radiografías dentales y regatearme el número de muelas a extraer. Decía que del lado derecho, con la de abajo podía ser suficiente, pero yo le dije que venía a por las cuatro y hoy tocaba las dos de un lado, que tampoco me apetecía verlo más de las dos veces que eran necesarias. Así que accedió.

La anestesista me saludó muy amablemente (no era el tipo de la vez anterior) y ella también me regateó; me dijo que si estaba tranquilo pasaba de pincharme el sedante, así que tuve que renunciar a ver dragones después de la operación. Me tumbé en la mesa de operaciones, me pusieron el oxígeno, me tomaron la presión arterial, me colocaron los sensores en el pecho para monitorizar el ritmo cardíaco y me cubrieron dejando sólo mi boca al descubierto.

Un par de pinchazos para la anestesia local en la muela de abajo y el cirujano empezó a hurgar. Al cabo de un rato me puso un taco en el lado izquierdo para que no tuviese que tener el esfuerzo de abrir la boca. Empezó a hacer fuerza para sacar la muela de abajo y aquello no salía con facilidad, por mucho que apretase mi cabeza sobre la mesa. De fondo escuchaba el ritmo cardíaco algo acelerado y es que aquello te pone el cuerpo en tensión, así que tomé un poco de aire y me relajé lo que pude. Al cabo de un instante escuché el motorcillo del corta-muelas, después el cirujano me hizo un cronch (veáse mi alta cualificación describiendo el proceso xD ) en el que empleo fuerza y yo dije un «Ah» a lo que él me contestó «Sé que es un sonido poco agradable, pero no te ha dolido», me faltó contestar un «Oh, really». Mi preocupación no era el dolor que pudiese sentir, sino que con tanta fuerza se le podía escapar la mano y acabar clavando el instrumental en el otro lado de la boca (a mi me suele pasar con el destornillador y los malos tornillos que no quieren salir por las buenas).

Para darme el punto en el hueco que había dejado, el cirujano le dijo a alguien: «Fíjate bien que es medio segundo, como en la fórmula 1 que si parpadeas te lo pierdes». Noté la cuerdecita a lo que pensé que igual aprovechaba, le hacía un nudo a la de arriba y tiraba de ella, pero no, la de arriba salió en seguida para mi alivio. Así que, una vez las muelas fuera, con una gasa en la boca para que recogiese la sangre de la herida, me retiraron los dichosos sensores que tenía pegados en el pecho y que seguramente fue la parte más dolorosa. La anestesista me preguntó si estaba bien, el resto se pusieron a hablar de sus cosas, y el camillero me llevó de vuelta. Lástima que no dejasen entrar las gafas, no pude quedarme con sus caras.

La enfermera, a mi regreso, me dio un vaso de agua y me retiró la vía; me explicó lo que debía y lo que no debía hacer los próximos días y para casa.

Al cabo de un mes sigo sin poder abrir la boca del todo y, según mi doctora de cabecera, se me debió lesionar el músculo que cierra y abre la boca (o el nervio que parece que es peor), por lo que el cirujano me tendrá que ver antes de volverme a operar del otro lado, muy a pesar de la chica que me quería dar insistentemente la cita para operar.


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Pre Campus Party

A falta de una semana para que empiece Campus Party Valencia 2009, el sábado NeoRazorX, su hermano y yo fuimos a explorar. La gran controversia de este año fue el cambio de lugar de la Feria de Valencia a la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Parece ser que aquellos que ya habían pasado por la CAC se quejaron en su día del calor y la falta de comodidades.

Durante el viaje nos encontramos con curiosidades diversas como asfalto de color rosa, camioneros que miraban atentamente aquellos que habían olvidado la cartera en casa y que no podían dar la vuelta en el peaje, gasolineras abandonadas en momentos en los que nos hacían falta y donettes que se colapsaron en su propio chocolate a causa del calor.


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Una vez allí pudimos ver tres grandes carpas que habían colocado con su pre-instalación de aire acondicionado y sus moquetas de diferente color para cada área temática. Las fotos del interior de las carpas están hechas a contraluz por lo que no son muy buenas:


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Os dejo una fotografía panorámica (4312×1060, 3.3MB) de la CAC, para que no sea sólo Onir el que las haga :P, y una en HDR, el resto lo dejaré en DeviantArt cuando tenga tiempo:


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Las muelas del juicio final – La espera

Finalmente, al cabo de un mes y pico, me llamaron para efectuarme la primera extracción. Me citaron en la UCI (algo que no animaba demasiado xD ) a las 14h y me indicaron que debía permanecer en ayunas durante 6 horas antes. Eso me dejaba margen suficiente para desayunar a la hora de siempre, pero había un inconveniente con el que no contaba. Según Pausem, el ayuno incluía el agua y, con el calor que hacía, me veía deshidratado. Menos mal que consultando en Internet vi que la ingesta de agua se puede realizar hasta 2 horas antes. Claro que, en Internet, puedes encontrar fuentes que apoyen lo que más te interese 🙄 .

Como no tenía ni idea de dónde estaba la UCI y no me gusta ir a los sitios a ciegas, le pregunté a una amiga que tenía más idea que yo y me puso en duda. Me dijo que le parecía extraño lo de la UCI, que era más probable que fuese la UCA y la verdad es que tenía más sentido. Concluimos que era mejor preguntar en información pero me dejó claro dónde tendría que ir si era la UCA.

Cuando llegué allí, consulté en información y, efectivamente, no era la UCI, pero tampoco la UCA, era la UCSI…yo sólo quería quitarme las muelas. Al menos la UCSI estaba más o menos donde me dijo Pulsay que estaría la UCA, pero al final no vi a Grissom.

Total, que en seguida me llaman para que entre a la sala de espera. Para ello me hacen ponerme unas fundas verdes para el calzado y lavarme las manos con algo que parecía alcohol. Me indicaron el rincón donde debía esperar, amueblado con una cama y un sillón. Me dijeron que debía quitarme la camiseta y ponerme la típica ropa de hospital que te deja el culo al aire porque no hay quien pueda hacerse un nudo en condiciones. Al final todo el mundo (sobretodo aquellos que también se tenían que quitar los pantalones) iba cogiéndose la parte de atrás para mantenerla cerrada, salvo los que habían recibido ayuda o aquellos que les daba exactamente igual.

Iba llegando más gente y se escuchaba de todo, sobretodo de personas mayores que realizaban el cambio pertinente de vestimenta ayudadas por una enfermera:

Mujer Mayor : por teléfono me dijeron que había que venir duchada.
Enfermera : sí, eso es para que en el quirófano no quede olor a sobaqué.

Hombre Mayor : hay que ver lo bien que está este hospital, con este suelo tan brillante y todo tan limpio.

Sin duda me acordé de Doc JB y sus diálogos con los pacientes.


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Grandes inventos

Ahora que ha llegado el verano y a la gente le da por irse al campo o la playa, pero que ven mermadas sus posibilidades económicas, surgen inventos creativos para esas situaciones difíciles. Y es que si a alguien le apetece tomarse una pizza recién hecha mientra se bebe una cerveza fría, lo puedo hacer desde su vehículo, en cualquier remoto lugar.


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Via Jalopnik.

Bajo el agua

Aquella noche caí al agua y el mundo enmudeció. Mis ojos se fueron entornando hasta cerrarse por completo, mi mente se desvaneció aletargada en la inmensidad del océano, en su silenciosa armonía, mientras el agua salada sepultaba mi cuerpo en un abrazo de profunda oscuridad.

El lastre agarrado a mi cintura me arrastraba lentamente al fondo, pero no me importaba, me hallaba embriagado por la sensación de estar a merced de mi propia suerte sin tener la necesidad de intervenir, sólo me tenía que dejar llevar. Toqué fondo a pocos metros, pero la oscuridad y las turbias aguas parecían evocar el confín del mundo.

Noté que de mi cabeza brotaba la sangre de una herida. Entreabrí los ojos y allí estaba mi rojizo plasma mezclado como un tinte para toda aquella agua. Y fue entonces cuando algo me arañó bruscamente las piernas, como si algo hubiese querido tirar de mi y lo único que fui capaz de discernir fue una gran sombra agitando violentamente el entorno.

En un esfuerzo por intentar sobreponerme a la dulzura y el descanso en el que me hallaba, pude discernir a unos metros la figura de una grácil mujer que se desplazaba alrededor de mi rápidamente agitando sus piernas. En una fracción de segundo, ante mi total desconcierto, nuestras miradas se cruzaron y me habló sin mover sus labios, sin que nada me llegase al oído, simplemente entendí a través de su rostro enturbiado por la oscuridad y su largo cabello ondeante.

Aquel ser que parecía haber estado esperándome allí desde siempre para decirme aquello que sólo mi mente supo escuchar, alargó su brazo hacia mi, tocó con su índice en mi pecho y el lastre que llevaba enredado en mi cintura cayó, levantando una cortina de arena proveniente del fondo tras la cual ella se desvaneció.

En aquel momento, tras una sacudida de mi cuerpo, empecé a sentir el helor del agua y el galopante corriente sanguíneo que retumbaba en mi cabeza me hizo reaccionar con ímpetu, algo que ayudó a que mi mente se despejara y a que abriera los ojos por completo. La fuerza regresó a mi cuerpo a golpe de adrenalina al igual que mis deseos de salir de aquel lugar, por lo que nadé con todas mis fuerzas hacia la superficie siendo consciente de que posiblemente me ahogase en el intento.

Pero fui capaz de llegar, de aferrarme a la madera del muelle con mis uñas y asomar la cabeza para coger el aire que tan abundante me pareció en su día. Salí del agua a rastras y aun exhausto me erguí, recogí la tubería con la que había sido golpeado que aun conservaba mi propia sangre. Anduve algunos metros hacia la embarcación que aun no había zarpado y aquel que había sido mi amigo hasta hacia poco se sorprendió de verme allí, de pie, chorreando de agua, con la cara ensangrentada y sosteniendo una tubería de manera desafiante.

– Te voy a contar una historia, pero no creo que te guste cómo acaba – le dije antes de terminar lo que él había empezado.

El sustituto

El lirio que estos últimos meses he estado cuidando se va a tomar unas vacaciones para reponer fuerzas, y es que no tiene un aspecto muy saludable:


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Me tocará podarlo y esconder su raíz en un recóndito, seco y oscuro lugar (junto con Darth Vader y sus galletas), donde dormitará durante unos meses. Quizás tenga que envolver la raíz en papel de aluminio para protegerla de la cansina conversación de Vader (que si Luke nunca lo llamó papá, que si no subestimes el poder de una galleta con tropezones de chocolate, que si se le queda hecho un asco el casco cuando estornuda…).

Y para llenar ese hueco en mi vida, Pausem me ha traído un maceto que contiene una aspidistra que presume de crecer abusivamente, llevar bluetooth y necesitar de una toma eléctrica para los casos en los que falle el Sol:


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Hace tres semanas sólo se veían unos palitos verdes de unos pocos centímetros, así que si extrapolamos un poco, de aquí a unos meses podré usarlo de cortavientos 😀 .

A quien Windows Vista no pudo destronar

Con el título de este post a muchos les habrá venido a la cabeza el nombre de su distro favorita, Mac OS X o incluso Windows XP, pero eso es tan obvio que no merece la pena mencionarlo.

Al que no pudo destronar Windows Vista fue a Panda Antivirus. Da igual que Vista obligase a sus usuarios a comprarse procesadores de 4 núcleos, ingentes cantidades de memoria RAM y discos duros de sobrada capacidad; el antivirus de Panda, en el equipo que fuese, lo hacia retroceder entre 5 y 10 años tecnológicamente. Y eso fue algo que Microsoft no pudo superar.

Mientras que las ventanas recursivas de Windows Vista te hacían la vida más cansina, Panda Antivirus directamente te quitaban las ganas de vivir trabajar con tu propio ordenador nada más encenderlo. Y es que sabías que, en cuanto el señor osito Panda apareciese al lado del reloj del sistema, el ordenador se convertiría en un cacharro inerte que tardaría largos segundos en permitirte poner el puntero del ratón sobre un archivo comprimido, que escanearía todo el pendrive nada más enchufarlo y que, encima, no haría bien su cometido.

Porque esa es otra cuestión. A pesar de los recursos que devora, Panda Antivirus lo único que hace es monitorizar los ficheros y procesos del sistema sin hacer gran cosa, pues cuando instalas otro antivirus te encuentra de todo. Así que supongo que Panda analiza el estado de los virus y su correcto funcionamiento, nada más.

Y es que no me extraña que eligiesen un panda de mascota, porque es grande, lento y no hace más que comer. Así que, si os gustan los osos panda, dejadlos en la naturaleza.


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Por cierto ¿Firefox no es un panda rojo? 🙄 .

Las muelas del juicio final – El Anestesista

Tras varios meses de espera en la larga cola de la seguridad social, mi presencia fue reclamada para hacerme una radiografía de mi brillante sonrisa (que no culo metálico que diría Bender). En tal aventura, la espera en la antesala de las radiografías se alargó durante varias horas, en las que no pude acudir al W.C. porque Murphy decía que sería el momento en el que me llamarían.

Varios días después tuve cita con el cirujano maxilofacial que, a golpe de vista sobre la radiografía, me dijo que habría que extraer las cuatro muelas del juicio, en tandas de dos para poder proporcionarme un menor padecimiento sobre la mesa de operaciones, pero más duradera agonía en mi recuperación.

Pasaron unos cuantos días más y me reuní con el anestesista. El tío parecía un cachondo porque nada más entrar en su consulta, ya tenía la sonrisa puesta, una de esas que parece de mármol. Pero, poco a poco, me fui dando cuenta de que era demasiado feliz y, más que una sonrisa de mármol, parecía un sonrisa de fármacos. A penas me preguntó cuatro cosas sobre alergias y medicamentos, nada sobre drogas, afiliaciones políticas y otros malos hábitos.

Me comentó que el plan de actuación constaría de anestesia local y de sedación en vena que, según sus palabras, me ocasionaría el efecto de unas cervezas tras la operación (no concretó nada sobre el tamaño de las mismas ni de si llevaban cubitos de hielo). Así que, mientras me ofrecía el papel de consentimiento para que lo firmase (envuelto en una aureola de vendedor de coches usados), me dijo que él no se sacaría las muelas del juicio sin anestesia. Es más, yo añadiría que él no se levantaba por las mañanas sin su chute de óxido nitroso.


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Próximamente más capítulos…

La disyuntiva moral

En este mundo existe una gran cantidad de personas maléficas que tan sólo se mueven por el placer que les otorga el dinero, sumidas en un profundo materialismo que, sin darse cuenta o dándose, perjudican seriamente a otros individuos. En esta ocasión, he sido yo la persona perjudicada y no puedo hacer otra cosa más que denunciarlo en público para, de alguna forma, hacerme oír.

El botón de mi pantalón se ha roto, dos veces. Sí, sé que alguno se echará las manos a la cabeza mientras corre en círculos y otros preferirán reírse y poner en entredicho mi cintura atlética xD, pero eso me ha hecho recapacitar sobre cómo se ha podido llegar a tal situación.

Parece ser que dicho botón no tiene la densidad necesaria y tiene un problema de flexibilidad que lo hace demasiado rígido y, por tanto, frágil a la torsión. Todo ello me lleva a pensar que fue fruto de una reducción de presupuesto para hacer los botones más baratos de la forma más rápida: reducción del plástico empleado en su elaboración.

Pero tal fue la osadía del fabricante de pantalones que, cegado por la avaricia y el olor del dinero, no fue capaz de invertir ni un céntimo en un ingeniero de botones que le asesorase. Dicho ingeniero se habría percatado en el acto del fallo de diseño que hacía, de los botones, el punto más endeble del pantalón.

Las soluciones al problema pueden reducirse a flexibilizar el material del botón y, si no se pudiese hacer sin incrementar el costo del mismo, hacer el agujero del botón más holgado y amplio.

Pero no, el fabricante prefirió ahogarse en su mar de dinero mientras sus pobres compradores se preguntaban si la presión de su cintura debilitaba los botones hasta hacerlos crujir.

Así que, a veces, ante la posibilidad de hacer las cosas bien o ganar todavía más dinero, ponga en su vida a un ingeniero que le asesore y, por si acaso, a un abogado xD .


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Sin camisetas

Desde mi balcón fui testigo de algo que debe tener una explicación completamente lógica, pero no soy capaz de vislumbrarla.

Llega un tipo con su BMW negro, flamante y de asientos de piel. Lo deja en doble fila y baja del mismo con el torso al descubierto. La chica que llevaba al lado también desciende del vehículo y le entrega una camiseta. Él se la pone y habla durante un rato con otro tipo que había en la calle. Cuando terminan se suben al BMW de nuevo y él se quita la camiseta.

En resumen, se quita la camiseta dentro de un coche que seguramente debe tener aire acondicionado y se la pone en el exterior a más de 30ºC. No sé, quizás le daba vergüenza estar en la calle sin camiseta, pero no es un caso aislado, es frecuente ver esa actitud sobretodo en canis, que no destacan precisamente por su timidez 🙄 .

Interné

Ayer me vi sin conexión a Internet en casa, justo cuando esperaba que saliera la nota de un examen muy importante que hice. Así que estaba que me subía por las paredes, haciendo el Enjuto por mi casa tal que así:



Increíble que estas cosas te hagan querer volver al trabajo para conectarte ha esta herramienta diabólica que es Internet.

El Mundo Real

A la hora de la merienda las preguntas se acontecen filosóficas:

M: ¿Y cómo sabes diferenciar entre un sueño y el mundo real?

Y: Pues porque en los sueños no vas a cagar defecar. Por eso la gente estreñida va de mal humor, porque no sabe si está teniendo un mal sueño. No quisiera vivir en esa incertidumbre…

Nanosegundo

Nanosegundo: Dícese del tiempo que transcurre entre que el semáforo se pone en verde y el de atrás presiona su claxon.

Si juntas en un cruce controlado por semáforo a aquellos que, aun estando el semáforo en rojo, ya avanzan sobre el paso de cebra, adelantándose unos centímetros al de al lado y haciendo gala de su nula anticipación (pues, en muchos casos, acaban frenando cuando se pone en verde) y, en posición perpendicular, a aquellos que lo pasan en rojo cuando el que les precedía ya se lo había pasado prácticamente en rojo, tenemos un cruce bastante peligroso.

Y si ya juntas a peatones que van a su bola inmersos en su mundo, pues lo que montas es un Carmageddon de los buenos…


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Y es que la gente, con tal de ganar unos minutos, incluso segundos, son capaces de perder la cabeza y, por ende, todo su tiempo.

Macrofotografía

Dada la huésped de mi lirio, me dije de mejorar un poco las fotos y hacer una macrofotografía a la araña. Pero para ello, en las réflex digitales, se necesita de un objetivo macro que suele ser caro. Y dadas mis limitaciones económicas he realizado la cutre-macrofotografía.

Ésta técnica intenta compensar la falta de dinero con paciencia y pericia. Para ello se procede a desmontar el objetivo que tengas puesto en la cámara, darle la vuelta y hacer la foto. Como el objetivo no está preparado para ello, necesitarás sujetarlo con una mano (porque no estará acoplado) y además realizar el enfoque desplazándote adelante y atrás con mucho cuidado.

Si además tu fotografía la quieres realizar sobre una araña que se desplaza al viento con su tela de araña pues no puedes esperar mucho. Así que perdonad el desenfoque pero después de 8 tomas, entre el calor y la pose, me he cansado.


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