Me desplacé a Madrid en autobús para el evento (difícil de definir). Allí nos encontramos con unos cuantos pabellones con mucho stand pero con poca cosa que llamase la atención. Lo más interesante fueron los Audi’s, un Ferrari, algunos monoplazas de Fórmula 1 y una exposición de portátiles antiguos que por lo menos resultó curioso. El resto era cutre y mal presentado. Nos llenaban de panfletos de publicidad que repartían chicas con poca ropa encima (un poco penoso para mi gusto la verdad).
Se trajeron al campeón del mundo mundial de Quake 4, un tipo italiano (que hablaba un extraño inglés) que decía pasarse entre 5 y 8 horas jugando para mantener el nivel (no me imagino cómo debía terminar…) y retaba a los asistentes a que se lo cargasen…en el juego, claro. El tío se conocía el mapa al dedillo y apenas dejaba salir al contrincante del punto de regeneración. Por intentarlo te regalaban una gorra de Nvidia o alguna otra pijada, pero si ganabas te podías llevar una pedazo de tarjeta gráfica, placa base y otras cosas. Intentamos hacernos con una de las gorras pero nos engañaron, nos dijeron que no quedaban y al final, el italiano acabó tirando al aire algunas, justo cuando nosotros habiamos abandonado la multitud. Así que, la próxima vez que vea al tipo del micrófono (que se dedicó a darnos la brasa todo el tiempo) le enseñaré una cosa que puede hacer con él. En fin, le pediré la gorra directamente a Nvidia.
No estuvo mal para perder el tiempo, con 4 horas de visita hubiese bastado. Uno se lo pasa infinítamente mejor en la Campus Party, incluso acabas viendo más novedades. Así que el próximo año, en vez de ir al SIMO, mejor montar una party entre amigos-no-italianos para viciarnos un rato juas juas.
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