2010

Tortura

Qué hay más doloroso que, en el hilo musical del trabajo, te pongan las canciones de Queen versionadas por una tía con una desgana y una debilidad en la voz que parece que la hayan sacado del regazo del Dr. Valium.

Menos mal que puedo ponerme los auriculares, pero no deja de ser un sacrilegio.

Garbage

Hace algunos meses re-descubrí el grupo Garbage, que allá por 1998 escuché por primera vez con su segundo álbum llamado Version 2.0.

Es una banda compuesta por tres productores (Duke Erikson y Steve Marker con las guitarras y Butch Vig en la batería) y una escocesa (Shirley Manson como vocalista).

Shirley, quizás sea lo más peculiar del grupo, ya sea por su aspecto de pelirroja con pecas, su inconfundible voz o su pasado. Empezó siendo la niña rara a la que sus compañeros acomplejaban por su cabellos rojizos y tez clara y terminó convirtiéndose en un T-1001 en Terminator: Las Crónicas de Sarah Connor.

De las canciones sólo puedo decir que hay algunas que me gustan mucho más que otras, que destacan por tener un elaborado trabajo tras la grabación que algunos asemejan al wall-of-sound de Phil Specto y que sus letras tienen la consistencia adecuada para transmitir.



Concentración

Desde hace más de un año vengo arrastrando un problema de concentración que me impide leer. Es cotidiano el hecho de coger un libro, empezar a leer unos cuantos párrafos y, en cuanto me descuido, estoy pensando en un millón de cosas que no tienen nada que ver. Algunas palabras o frases actúan como un gatillo, que disparan mi mente recordando cosas o imaginando otras que no tienen absolutamente nada que ver con lo que leo.

La única forma de persistir en mi lectura es leer muy rápido, de esa forma me fuerzo a mantener la mente en las palabras escritas, pero cansa y me es imposible recrearme en el texto. Da igual el tema del que trate, si me guste más o menos, pierdo la concentración y me evado.

Sin embargo, con la música me ha pasado completamente al revés. Cuando cojo los auriculares, me embobo escuchando cada uno de los instrumentos, fascinado por los cambios de ritmo, las entonaciones del cantante y los arreglos con pequeños detalles que rellenan la canción. Hasta echo para atrás la canción unos segundos para intentar captar esas particularidades.

Ya me gustaría a mi arreglar mi problema de concentración, que tengo unos cuantos libros por leer y alguna que otra cosa que depende de ello.

En busca del empleado perfecto

Cuando te dedicas a leer ofertas de trabajo, concretamente de informática, puedes encontrar de casi de todo, pero básicamente hay un tipo que prevalece: el súper todopoderoso informático con más de 10 años de experiencia en todo tipo de tecnologías, aunque algunas de ellas no tengan ni 5 años de antigüedad.

Así mismo se suele pedir experiencia en campos muy concretos de la informática, como por ejemplo, servidores con sistemas operativos que sólo puedes haber visto en empresas adineradas y conocimientos de programación en un lenguaje específico en desuso. Asimismo se pide, como requisito indispensable, estar en posesión de un título universitario y certificados de conocimiento en tecnologías concretas que suelen costar algunos miles de euros.

Todo esto puede parecer normal, si la empresa susodicha desea un empleado para suplir un puesto determinado cuyas herramientas no van a cambiar en un largo periodo de tiempo. Sin embargo, lo que chirría un poco es el hecho de que el sueldo ofrecido para ese puesto, en una gran ciudad como Madrid o Barcelona, es de casi 1.200€/mes (netos, con 14 pagas al años) en la mayoría de los casos.

Entonces nos encontramos ante un tío, que terminó la ingeniería informática superior (una inversión de 5 años de su vida y mucho dinero), que lleva 10 años trabajando en distintas empresas y siendo bueno en muchas áreas de la informática, al que le ofrecen un sueldo de mierda, por un puesto en el que no tiene ninguna garantía de permanecer ni un año. Obviamente la oferta no conseguirá obtener lo que busca.

No soy especialista en recursos humanos, pero, en esa clase de ofertas, en las que se pide mucha experiencia, un sueldo tan ridículo sólo hace que sea descartada o que acuda gente que dice tener todo lo que se pide.

Después están las ofertas modestas, en las que se pide un conocimiento más asequible y una experiencia de entre 3 y 5 años, pero el sueldo baja hasta los 1.000€ si llega (donde más de la mitad del sueldo se te iría en alquiler y transporte) y además sabes que vas a ser explotado laboralmente (horas extras no remuneradas, estrés por proyectos pactados en fechas imposibles y un largo etcétera). Y la gente acepta este tipo de ofertas porque, obviamente, menos da una piedra.

Pero lo divertido son las conversaciones al teléfono con el personal de recursos humanos, que teniendo poca idea del significado de los requisitos del puesto, actúa de filtro principal para el jefe de informática que ha pedido gente con un perfil determinado. De esta forma se pueden dar casos en los que se pierde la posibilidad de contratar al mejor informático del mundo, que se adapta en poco tiempo a lo que le pongas delante, porque no tenía un certificado de conocimiento o no tenía el mínimo número de años de experiencia específica de algo. Es difícil cuantificar el conocimiento y la habilidad de una persona por esos medios.

Al empleado, pieza fundamental en la mecánica de cualquier empresa, no se le valora como tal, se le acusa de no trabajar lo suficiente en horarios poco eficientes, de no implicarse lo suficiente en los proyectos de la empresa de la que no tiene participación económica más allá de su sueldo mensual, que a veces cobra con retraso, y encima le toca agachar la cabeza para no perder lo poco que tiene, para tirar de su vida como puede. Así va el mundo, con dolor de huevos todo el día.

Proyecto 365 fotos

Desde que tengo una cámara de fotos en condiciones (nada de teléfonos móviles) hay una idea que me persigue. Es una idea habitual en aquellos que se inician en la fotografía y desean aprender a utilizar su cámara y coger práctica. Se trata de un proyecto de un año de duración durante el cual, cada día que pase, habrá que hacer al menos una fotografía, a lo que sea 🙄 .

Fue un post de propósitos venideros de YoMisma, el que me empujó a empezar esta historia que espero que termine con la pereza que me da cargar con la cámara.

Así que he abierto un nuevo blog donde intentaré ir dejando una fotografía por día:


Proyecto 365 Fotos