octubre 2010

Orange juega sucio

Raro es el operador que no tenga por Internet algún artículo quejándose del trato o el servicio ofrecido. Es de esa forma como, a la hora de contratar con un operador, se da por hecho que habrán problemas y que ninguno es perfecto. Sólo hay que apelar a la suerte de cada uno y rezar para que no te toque la china.

A mi me ha tocado, de forma remarcable, en un par de ocasiones con Orange. En una ocasión me dejó sin poder realizar llamadas durante una semana, durante la cual estuve llamando para que me resolvieran la incidencia y no hubiese sido tan molesto si no me hubiesen tenido al teléfono durante decenas de minutos antes de hablar con uno de sus trabajadores.

La otra ocasión es la que tengo en marcha actualmente y es que me tienen bloqueado sin poder realizar ninguna portabilidad de número a otro operador; lo cual resulta curioso por la forma con que lo han hecho posible.

Primero yo tenía mi número de teléfono móvil con un operador (llamémosle Operador A) e hice una portabilidad a Orange con su contrato de permanencia y móvil nuevo. Estuve durante los 18 meses que duraba el contrato al fin del cual quise hacer una portabilidad a Vodafone. Vodafone, al cabo de una semana, me dijo que no podía hacer la portabilidad porque los datos eran incorrectos. Tras mucho trasteo averigüé gracias a la web de la CMT que mi número de teléfono constaba como ligado a Operador A en vez de a Orange. Esta incorrección de datos (a posta o no) debió ser causado durante el proceso de primera portabilidad que tuve.

Llegados a este punto he estado llamando por teléfono a Orange para que me corrijan los datos y así poder hacer la portabilidad a la que tengo derecho, pero parecen no estar por la labor y sólo saben decirme que están en ello y que dentro de una semana tendré noticias de ellos, lo cual es mentira, nunca llaman.

Las alternativas que me dejan son mandarles un fax indicándoles que me están impidiendo ejercer mis derechos descritos en la LOPD relacionados con la modificación de mis datos, actuando de mala fe para impedir ejercer mi derecho a la portabilidad y que de todo ello tengo las grabaciones de las conversaciones telefónicas para aportarlas como pruebas y denunciarlos a la Junta Arbitral de Consumo.

Por ahora voy a empezar por lo básico, poniendo una reclamación en la OMIC.

La edad

Parece ser que he heredado dos elementos relacionados con la edad, relativamente contradictorios, por parte de mi padre.

Uno de estos elementos es la apariencia joven a la que todo el mundo parece llevar a error cuando intentan hacer una estimación de datación sin emplear radiocarbono. Es decir, es habitual que me estimen una edad de entre 5 y 8 años menor que la que tengo en realidad. Esto puede resultar aparentemente beneficioso, pero los porteros de los pubs me miran con la intención de pedirme el DNI, menos mal que siempre voy acompañado con gente que aparenta tener la edad que tiene y no me dicen nada.

El otro elemento heredado es la aparición de canas a una edad temprana que contrastan con el hecho de que me vean más joven de lo que soy.

Obviamente no me voy a quejar, pues conozco gente con mi edad o menos que parecen mucho mayores y, aunque no tienen canicie, se están quedando calvos.

Ignorado

A veces el mundo confabula en tu contra y decide hacerte vacío simulando que no lo hace a posta. Muchas de esas ocasiones es por algo que has hecho, dicho o incluso escrito. Este es el caso de Onir.

Gozaba de buena salud blogueril, todo eran entradas y comentarios con pizcas de spam por aquí y por allá, todo bajo control. Sin embargo, un día el mundo le dio la espalda, su blog desapareció de la blogosfera y él se preguntaba el por qué de aquello.

Por su mente pasaban varios motivos: no actualizaba el blog muy a menudo, escribía cosas técnicas de programación, restregaba en cuanto podía su Mac y, sobretodo, hablaba bien de Microsoft. Este motivo, sin lugar a dudas, fue el que hizo que Google Reader dejara de acogerlo en su seno y lo desterrase a /dev/null. De ahí que nadie recibiese notificaciones de las nuevas entradas que escribía salvo Inagotable, que por su mala suerte (de la que hablaremos otro día) sí que lo hacía.

Ahora todos pensaréis que si Google no lo quería porque hablaba bien de Microsoft, al menos Bing sí que lo incluiría gustosamente, pero no, porque de todos es bien sabido que Bing le copia los resultados a Google.

Así que sólo espero que con esta entrada y la magia de los trackback, Google se apiade de Onir y le devuelva los resultados de búsqueda y las notificaciones que le pertenecen, por muy .NETero que sea 😛 .

Duros de mollera

Siempre he escuchado que a las personas mayores les cuesta mucho más asimilar las innovaciones, tanto sociales como tecnológicas que se incorporan año tras año en comparación con los jóvenes, sin embargo, parece que eso de tener una mente abierta está más asociado al tipo de persona que a una edad concreta.

No dejo de encontrarme gente joven con estudios y avispados que son reacios a adoptar otros enfoques con respecto a ciertos temas, se cierran y prefieren no escuchar para, supongo, su comodidad, la que le reporta el no tener que pensar en algo o reestructurar aquello que tenía por cierto e inamovible.

Incapaces de suponer algo como cierto para sopesarlo porque a simple vista no puede ser posible y porque la mayoría de gente dicta lo contrario. El ejercicio de la indagación y el esclarecimiento se deja a un lado como si fuese una pérdida de tiempo y, aun así, creen ser críticos.

Muchas veces también son incapaces de ver más allá de lo socialmente aceptado o se utilizan estereotipos llenos de prejuicios de las más dispares índoles, encasillando a gente junto a sus acciones sin fijarse en los detalles.

En fin, que las personas obstinadas no son lo mío.