La noche

Según leí hace tiempo, el cerebro, al detectar que se hace de noche, baja su ritmo de trabajo, la actividad se reduce considerablemente. Por ello, en las centrales nucleares, donde se trabaja tanto de día como de noche, procuran tener un ambiente altamente iluminado, para que el cerebro no se ponga remolón 🙂 .

Entonces es cuando pienso por qué de noche me puedo sentir más inspirado para hacer ciertas cosas, como escribir o darle a la imaginación. También es de noche cuando más a flor de piel tengo los sentimientos. Supongo que en mi caso el hemisferio izquierdo (lógica, intelecto, razonamiento, memoria) se me apaga antes que el derecho (emociones, intuición, espiritualidad, imaginación, sensibilidad artística).

Si eso se cumple, se podría dar el caso de poder tener dos puntos de vista sobre un mismo tema con sólo variar el momento. Quizás por eso se dice lo de «consúltalo con la almohada».

PD: ahora me asalta la duda de si soy mejor de día o de noche 🙂 .