teléfono

Ser informático en la familia

Mi hermana mayor me llamó por teléfono justo cuando entraba por la puerta de mi casa después del trabajo, parecía que hubiese calculado los tiempos milimétricamente. En seguida supe que, si quería hablar directamente conmigo, era porque había un interés técnico en el fondo y no me equivoqué.

Me contó de un problema con el portátil y la wifi que no quería funcionar. Finalmente, lo pudimos arreglar aun con el llanto de Champi de ambiente. Y es que el pobre, no acepta que su madre le preste más atención al teléfono que a él, que según me han contado es un poco cotilla, capaz de dejar de mamar para girar la cabeza y ver quién ha entrado por la puerta en ese momento.

No me quiero imaginar a todos aquellos que tengan un problema con el ordenador y no tengan un amiguete o familiar apañado para esas cosas. Pero debe ser peor ser médico (hola JB xD ) y escuchar todos los males, algunos más desagradables que otros, de toda la familia…

Sobre Champi sólo decir que hace pucheros y se pone a llorar cuando me oye por teléfono, creo que intenta hacerme captar alguna indirecta. Aunque va avanzando y, según mi hermana, ahora pide las cosas (que yo creo que más bien las negocia) y se duerme él solito, aunque otra cosa es que sea capaz de dormir 2 horas seguidas sin molestar a mi hermana.

Telemarketing

Por la tarde, nada más llegar a casa, sonó el teléfono. Al responder, una señorita se presentó fugazmente y me informó que estaba haciendo una encuesta para determinar, en resumidas cuentas, la felicidad reinante en la ciudad. El diálogo fue algo así:

– ¿Le podría realizar algunas preguntas para llevar a cabo la encuesta?
– La verdad es que ahora mismo me encuentro ocupado.
– Bueno, dígame si le puedo llamar más tarde, estamos hasta las 9 de la noche.

En ese momento pienso «Mierda, si le digo que llame más tarde, realmente va a llamar más tarde». Así que puse en práctica un método (que aun tendré que pulir) que vi en una serie:

– Pues va a ser que no, mejor me deja su teléfono y ya la llamo yo cuando pueda.
– Muy bien, buenas tardes – me contesta rápidamente, tras lo cual colgó.