Ahora que ha llegado el verano y a la gente le da por irse al campo o la playa, pero que ven mermadas sus posibilidades económicas, surgen inventos creativos para esas situaciones difíciles. Y es que si a alguien le apetece tomarse una pizza recién hecha mientra se bebe una cerveza fría, lo puedo hacer desde su vehículo, en cualquier remoto lugar.
Estando en un restaurante de comida italiana, en una pequeña mesa compartiendo nuestros platos de pasta y pizza, sonó la alarma de incendios. El restaurante enmudeció de pronto, aunque algunos críos aun seguían dando el follón y el hilo musical seguía sonando con agradable música que ahora nadie le prestaba atención.
Nosotros veíamos el pasillo que daba a la cocina y esperábamos ver el humo o incluso el fuego o su resplandor. Una camarera se acercó a la cocina para saber qué pasaba y al rato salió sin muchas prisas. Unos segundos más tarde la alarma se apagó y todo volvió a la normalidad.
Lo que me llamó la atención es que los aspersores no se pusieran en marcha. Aunque para esta ocasión lo preferí, de lo contrario nos hubiesen dejado empapados y sin comida.
Cocineros del mundo, tengan cuidado con los flambeados 🙂 .