octubre 2009
Una línea de código
El corazón de la aplicación se centraba en un algoritmo que contenía dos bucles, uno dentro del otro. El primero de ellos tenía alrededor de 500 iteraciones y el segundo unas 200, lo que hacía un total de 100.000 vueltas que tardaban más de 8 horas en completarse (veía el resultado al día siguiente). Era obvio que se debía optimizar tanto como se pudiese.
Depurando la aplicación me percaté de una línea de código que realizaba una lectura de fichero en disco y se tomaba cerca de un segundo en realizar la tarea, lo que hacía de ella la más lenta de todas las líneas y situada precisamente dentro del segundo bucle (por lo que se ejecutaba 100.000 veces).
Razonando un poco conseguí modificar el algoritmo y dejé esa línea de código en el primer bucle, reduciendo notablemente el número de veces que se repetiría. Y así se convirtió en una aplicación que tardaba 10 minutos en vez de más de 8 horas.
Así que ya sabéis, los bucles de n² en adelante son perjudiciales para tu procesador y tu paciencia.
El misterioso blog
Llegaba apresurado a casa, con la camiseta empapada en sudor y con la respiración acelerada después de haber estado caminando con rapidez por las viejas y oscurecidas calles del centro, intentando eludir a cualquier persona que pudiera estar siguiendo mis pasos.
Cerré bien la puerta tras de mi y, sin encender las luces, miré a través de la ventana apartando ligeramente las cortinas. Nadie parecía estar observando, pero preferí no dar señales de vida y permanecer a oscuras.
Me senté en la cama, encendí mi portátil, abrí el navegador web y fui directo al inicio de toda aquella locura. Hacía unos días, por accidente, encontré en el historial de páginas recientemente visitadas de mi propio ordenador la dirección a un blog, un blog normal y corriente de alguien que contaba sus propias vivencias de ser mortal.
Dada la intensa familiaridad que encontré en aquellos primeros párrafos que pude leer, me sumergí completamente y fui leyendo desde su historia más antigua. A cada nueva línea que ojeaba más perplejo me quedaba. De alguna forma, un tipo que desconocía completamente escribía mi propia vida desde hacía un año y medio en un blog, a la vista de todos y con todo lujo de detalles.
La supuesta imposibilidad de que alguien fuese capaz de relatar ciertos sucesos, incluida la interpretación de algunos pensamientos y sentimientos que nunca salieron de mis labios, me agudizaba de manera inimaginable la sensación de estar siendo espiado por alguien, creando una acusada paranoia que apenas me dejaba dormir o simplemente caminar por la calle tranquilamente.
Nuestro protagonista quedó dormido tras su lucha contra su violentada privacidad y sus pesados párpados, y despertó unas horas más tarde, cuando aun la noche reinaba en paz en la ciudad y los rayos del sol aun tenían tiempo de sobra para llegar.
Un mal despertar por el zumbido del ventilador del portátil que aun seguía en marcha me malhumoró, lo suficiente para quitarme las ganas de seguir durmiendo; así que decidí que podría escribir algo en mi blog, que permanecía abierto en el explorador web. Me autentifiqué como administrador y me puse a escribir un nuevo post sobre mi vida, sobre aquel mismo día que aconteció, de alguna manera, caótico y desmedido, huyendo de mi mismo.
Escena épica de TBBT
Del último capítulo de The Big Bang Theory he quedado fascinado por la siguiente escena protagonizada por Sheldon y Rajesh:
Gracias TempWin 😀
Explicando problemas informáticos
Si estás al cargo de una serie de equipos informáticos, lo normal es que surjan problemas y tengas que resolverlos, pero lo que carece de lógica es que tengas que explicarle al usuario el motivo del problema si, en la mayoría de los casos, escapa a su conocimientos básicos.
El usuario preguntará sobre la posible causa de un pantallazo azul, un problema de márgenes cuando imprime, el olor de las nubes, el motivo por el cual no puede piratear su PS3 y un largo etcétera.
Podrás optar por explicárselo de la manera más fácil para que lo pueda entender sin entrar en tecnicismos (aunque después se puedan llevar una imagen de ti de que no tienes ni idea, cuando lo que no tienes ni idea es de comprimir 10 años con ordenadores en 2 minutos). Otra opción más violenta es decirle al usuario directamente «Porque eres un manazas y no deberían dejarte usar cosas más avanzadas que una piedra», con lo que conseguirás que ya no te pregunte nada y que no te dirija la palabra de por vida.
Otra manera es la creativa-técnica:
– Uy, este pantallazo azul va a ser por un fallo de sincronización en la frecuencia del procesador. No habrás dejado el móvil cerca del ordenador ¿no? Es que los móviles de ahora con 3G interfieren en las señales cuánticas que se envían desde el northbridge a los módulos de RAM y se lía parda, a los informáticos nos está trayendo de cabeza. Me va a tocar ajustar el voltaje del procesador, pero con la humedad que hay en esta oficina y la condensación que se produce alrededor del socket 478 no te prometo que no vaya a ocurrir de nuevo.
O la conspiranoica:
– ¿Que no te arranca el ordenador? Si es que ya me lo veía venir. Estos son los de la Blackwater, que los ví hace poco dejando chemtrails en el cielo, que seguramente han debido afectar a las líneas eléctricas. Por eso ayer la cafetera estaba sacando el café aguado.
La de comprensión lectora:
– Que el mensaje de error extrañísimo y que no te deja imprimir te está diciendo que no le queda papel en tres palabras «Ponga más papel». Si al menos te lo hubiese dicho en inglés…
Yo me lo suelo tomar con mucha paciencia y explico las cosas lo mejor que puedo, pues entiendo que no todas las personas son hábiles con las nuevas tecnologías y puede que intenten entender por qué algo falla, pero me molesta cuando intentan rebatirme algo que es completamente obvio:
«Windows, cuanto más se usa y más tiempo pasa, más lento se vuelve. Punto.»
Criaturilla nueva
Mi hermana mayor está embarazada de 5 meses, con una barriga que crece por semanas amenazando con convertirse en un 8º pasajero…
Hasta hace unas semanas no conocíamos de qué genero iba a salir el pequeño engendro, pues siempre mostraba el culo en las ecografías (quizás sea tímido o vela fielmente por su privacidad), pero ya conocemos el dato: niño, muchacho, chaval, crío, chico, machote, hombrecillo.
El sector femenino creía firmemente que saldría niña, muchacha, chavalina, chiquilla, cría, nena, chica, muchachota, mujercilla. Así que, bajo esa influencia, los nombres para ese género brotaban sin cesar llenando una lista, una lista que se ha olvidado porque ya no sirven (al menos hasta el siguiente que venga xD).
Ahora son los nombres de género masculino los que intentan llenar la lista, pero son tan pocos los que gustan, que a lo mejor se queda sin nombre el pobrecillo. Y es que, al parecer, los nombres de chica gustan más o existe más variedad.
Mi propuesta es que lo llamemos Champiñón, un nombre que denota fuerza y que resulta ser muy carismático. Además tiene abreviaturas que facilitan su uso:
- ¡Ño! : para cuando le gritas, es rápido y se asocia con el «no». Muy útil para cuando son pequeños.
- Piñón : para cuando le quieres hablar con seriedad. Fijaos cómo sonaría lo de «Señor Piñón», sereno y lleno de endereza.
- Cham : abreviatura por excelencia para ser usada por los amigos desde la infancia, con muy fácil pronunciación.
- Champi : uso cariñoso con el tono adecuado que podrá utilizar su novia.
Sin embargo, me han tomado a broma y no lo tienen en consideración 🙁 . No obstante, por ahora no me obligan a llamarle de forma diferente xD .
Así que para el futuro de nuestro pequeño Champiñón, mi hermana pequeña y yo hemos acordado, ya que es el primero, malcríar al niño todo lo que podamos, para que nuestra hermana mayor pueda emplearse a fondo en su educación y pueda estar orgullosa muahahahaha.
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