diciembre 2008

Fragmento literario

No necesitaba estar cerca de ella (mejor no estar cerca de ella) pero tenía que saber que se hallaba en alguna parte, que continuaba existiendo, y que podrían volver a encontrarse.

La Reina de los Condenados de Anne Rice

Tránsito en la calle

Vas caminando por la relativamente estrecha baldosa de una calle poco concurrida, cuando de repente ves que se acercan dos personas o incluso tres que caminan juntas, de forma paralela, en sentido contrario al tuyo.

Cuando estás a menos de dos metros puedes observar como ninguna de las dos o tres personas tiene la menor intención de corregir su trayectoria para dejarte pasar. Entonces te toca recurrir a la técnica de «pasar de perfil», «sube-baja de la baldosa» (si los coches te lo permiten) o quedarte parado hasta que pasen.

Incluso hay veces que, cuando aun hay espacio para que todos podamos pasar, tengo que ser yo el que retira un poco el hombro para no impactar con el que viene de frente. La gente pasa olímpicamente…nunca mejor dicho :S

Así que, un día de estos, me cansaré y me dará por hacer como Richard Ashcroft en su Bittersweet Symphony.



Los aros

He tenido la ocasión de inmortalizar un momento surrealista a bordo del autobús universitario.


dsc00091

Sí, lo que pueden observar en la fotografía son los aros de un sujetador tirados en el suelo del autobús.

Me asaltan un montón de preguntas al respecto como por qué están ahí tirados, el cómo alguien se los pudo quitar en un autobús, qué le empujó ha hacer semejante acto o por qué aparecen al lado del envoltorio de un caramelo (es lo que más me inquieta :S ).

El simbionte de papel higiénico

En los aseos de la biblioteca de la universidad iba yo a lavarme las manos cuando me percaté que había ya alguien haciendo lo mismo. Me puse al lado y le dije:

– Llevas papel higiénico pegado en la suela del zapato.

El chico bajó la vista para comprobar que, efectivamente, era portador de una estela blanca bajo su calzado y me contestó:

– Vaya, gracias por avisarme, no es plan de salir por ahí con esto pegado.
– Sip, no es plan – le dije medio sonriendo discretamente.

El chico salió antes que yo y, al cabo de unos segundos, salí yo. Dirigiéndome a las escaleras para subir a la segunda planta me encontré a Darknekros, nos paramos y empezamos a hablar, pero justo al inicio de la conversación, vi al chico de antes subiendo las escaleras. Llevaba el papel higiénico pegado en el zapato ¡pero en el zapato opuesto al que lo llevaba antes!

Moraleja: si vas a quitarte algo pegado en la suela de un zapato con la ayuda de tu otro zapato, al finalizar comprueba que ambos estén bien.