febrero 2008

Una de mafiosos

Los mafiosos siempre han tenido cierta agudeza para hacerte cambiar de opinión o, digamos, hacerte entender cómo funcionan las cosas. Uno de esos métodos fue plasmado en la mítica escena de la película de El padrino (no apto para todos los públicos):

Pero Audi ha querido darle su punto de vista dramático:

Cloverfield

Cloverfield es una película que han decidido, en un alarde de imaginación, llamarla Monstruoso en España. No os voy a contar de qué va porque eso lo hace muchísimo mejor la Wikipedia, pero si que os diré que me divertí bastante viéndola.

No esperaba nada de ella (más bien poco) y creía que se me iba a hacer muy corta (~85 minutos). Al final me pareció de un duración justa para lo que era y no me pareció que fuese la típica película de miedo, ni la típica película de monstruos, era algo diferente. Me gustó la forma con que centran tu atención en una dirección y de repente le dan un giro (la escena de la escalera de incendios).

El continuo traqueteo de la cámara impedía ver las cosas con claridad, pero aun así se apreciaban unos buenos efectos especiales y sobretodo los efectos sonoros. Nada del otro mundo pero suficiente para mantenerte entretenido.

Lo más divertido es cuando la película se acaba y los adolescentes de palmo y medio empiezan a decir valerosamente delante de sus amigos «¿Ya está?, vaya peli de mierda, si no da miedo ni nada». Tú piensas para tus adentros algo como «Cierra la boca y déjame ver los títulos de crédito que si quiero alguna crítica ya la busco yo por ahí». Pero claro, los adolescentes no tienen culpa, con un título como Monstruoso qué se podían esperar…

Pero también es divertido ver cómo una milésima de segundo después de que los títulos de crédito empiecen a salir, aparezca el servicio de limpieza entrando a saco a limpiar. Diciéndote que no hay nada después de los títulos de crédito, que te puedes ir tranquilo a casa. Pero bueno, ya que pagas la entrada (que no es barata…) que menos que disfrutar de la música o de la tipografía de los rótulos…porque además contaba con la información privilegiada de NeoRazorX que decía que al final había algo y sí que lo hubo.

Una voz y una guitarra acústica

Permanecía sentada frente a mi a los pies de la cama, con su guitarra acústica sobre sus piernas dispuesta a sonar de nuevo. Se retiró el pelo de la cara, posicionó sus manos sobre las cuerdas e hizo sonar unas notas. En seguida comenzó a agitar su mano derecha y a desplazar la izquierda sobre las cuerdas de la guitarra haciendo sonar un melódico sonido que fue acompañando con su propia voz en una suave canción.

Pero el ritmo cambiaba, la velocidad de las notas crecía y ella alzaba su aguda voz dejándola en un controlado grito al aire, para después descender de nuevo a la pausada melodía. Y cuanto más avanzaba la canción más intensa era, con mayor fuerza pronunciaba el estribillo en el que dejaba escapar un hilo de voz al final. Sin embargo, a la vez mantenía la suficiente serenidad como para hacer flotar mi mente con cada una de sus palabras.

Y es que sabía llegar hasta mi, mantenerme cautivo bajo sus ojos…valiéndose de su música para ello.