abril 2015

Fuego

La luz y la calidez de la llama te atraía, era una sensación reconfortante. Acariciabas el fuego como si fuese agua mientras mirabas a trasluz la palidez de tus manos. Pensabas en él como en un ente rojizo, porque para ti era algo lleno de vida, con su movimiento caótico e impredecible, pero maleable por tus manos.

Las personas las veías de igual forma, dóciles dentro de su caos y sobretodo, te veías por encima de ellas, reconfortada por su calidez y ociosa ante el espectáculo que mostraban ante tus ojos.

Hacía mucho tiempo que sabías que no formabas parte de la humanidad, que tu existencia iba un paso más allá y ese pensamiento te hacía ver tu entorno de manera diferente. Te identificabas con un razonamiento frío y carente de sentimientos que considerabas ser un vestigio evolutivo. Calculas y analizas cada palabra, cada movimiento y cada gesto de las personas que se cruzan ante ti creyendo que todo aquello, en algún momento, le dará sentido a lo que haces, pero nunca llega.

Quizás lo único que realmente sientas sea el anhelo por encontrar tu propio ser en este mundo tan agotador.

Desatención en el BBVA

Imaginad que tenéis que pagar una tasa del gobierno y como día límite se establece el 13 de abril.

Entre las entidades colaboradoras desde donde se puede realizar el pago está el BBVA, así que te diriges hacia allí y te pones a la cola de la ventanilla. Hasta que llega tu turno te percatas de un cartel que dice algo así como:

Los pagos en ventanilla se realizarán los martes y jueves, de 8:30 a 10:30 entre los días 12 y 24 de cada mes.

En ese momento, piensas que estás jodido porque es día 9 (aunque jueves) y lo último que quieres hacer es esperar al último día 13 de abril (porque el 12 no es martes) para poder pagar la dichosa tasa. Así que al final aguantas y llega tu turno.

Yo:  Buenos días, quería pagar la siguiente tasa.

Cajera: ¿En cuenta o metálico?

Yo: En metálico.

Cajera: No puede ser  -y me lee el cartel de los días permitidos.

Yo: Es que entonces estoy fuera de plazo para pagarlo.

La cajera mira a su compañero y éste me dice «¿Y no tienes cuenta con nosotros?», a lo que respondí que tenía cuenta bancaria con una de sus filiales, con lo que, perdonándome la vida intentan hacerlo a través de esa cuenta.

Tras 5 minutos de la cajera intentando meter los números del código de barras del recibo, me dice que el sistema no le permite hacer el pago con la cuenta bancaria que le he proveído, que pruebe en otro banco.

Cojo mi recibo y me marcho de allí pensando en lo incompetentes que son y pensando en retirar mi dinero de su filial.

En dos minutos estaba en otra entidad bancaria. Me cogen el recibo sin ponerme pegas, leen el código de barras sin problemas, me admiten el dinero en metálico y adiós muy buenas, en dos minutos tema resuelto.

Me parece perfecto que no quieran perder tiempo con personas que no sean ya clientes suyos (aunque puedan serlo potencialmente), pero entonces me pregunto por qué consta el BBVA como entidad colaboradora si es imposible pagar la tasa si no tienes cuenta bancaria con ellos.