junio 2008

Un día peligroso

Si ya os comentaba los planes de mi compañera de prácticas para deshacerse de mi y así ahorrarse una asignatura y el asunto pareció calmarse, ahora resulta que todo era un amago ya que ayer volvió a las andadas.

Primero contrató a un autobusero cabroncete que le dio por poner el aire acondicionado a tope a las 8 de la mañana durante 50 minutos dejándome medio cuello destrozado y después intentó cerrarme la boca literalmente.

Para ello, disimuladamente, me ofreció un caramelo que en principio daban un poco de reparo porque el plástico parecía haberse fusionado con el caramelo, pero no me importó, lo deposité en el interior de mi boca tras comprobar que ella también lo hacía (así disuadía la posible idea de que estuviesen envenenados).

Pero al instante me di cuenta de mi gran error. El caramelo contenía algún tipo de sustancia similar a pegamento ultrafuerte que me unió los dientes de arriba con los de abajo, dejándome sólo reírme discretamente pues estábamos en la biblioteca. Finalmente y tras varios reintentos en los que creía que el caramelo saldría junto a parte de mi mandíbula, pude controlar la situación y me relajé, no sin pensar en que podría haber muerto de inanición con un poco de tiempo.

Después me confesó que nadie hubiese creído mi muerte por un caramelo, que curiosamente se habría disuelto dejando poco rastro. Ahora entiendo lo que tuvieron que sentir las víctimas de los caramelos de Monster :S y también recuerdo aquellos caramelos-cemento de BloodSucker .



PD: sigo sin Internet 🙁