2022

Youtube Shorts

Abres Youtube y te encuentras una hilera llena de vídeos grabados en vertical al más puro estilo Tik Tok que han llamado Shorts. Tiene la particularidad de tener scroll infinito para que te quedes enganchado viendo a gente haciendo payasadas sin gracia y a otros individuos explotando a sus hijos por unos tristes likes. También está el caso de los «guapos» talentosos, que tristemente tienen que enseñar cacho para llamar la atención cuando lo que se les da bien es tocar un instrumento o pintar.

Debo de estar muy viejo para esta clase de contenido y el haber conocido «El Internet de Antes®» igual me da una perspectiva muy condicionada, pero es infumable, cada vez me da más urticaria navegar por la red.

Publicidad siempre hemos tenido en Internet, desde los famosos pop-up hasta los banners hechos en flash con música automática, pero el contenido estaba justo ahí. Ahora lo que encuentras son decenas de páginas que se copian unas a otras con sus enlaces referidos o con sus patrocinadores, y el contenido es simplemente genérico, es una mera excusa para colarte lo anterior. Al final, lo único que tienes es una red inundada de porquería inútil en la que todo el mundo pretende hacerse rico.

Es un poco decepcionante y al final no sales de las cuatro webs habituales donde encuentras tus intereses. Habría que montar una red paralela en la que toda esa morralla no tuviese cabida…

 

 

Caretas

A diario ocupas tu pensamiento con multitud de información que te llega y que generas por ti mismo. Existe información irrelevante que no tiene mayor ocupación que el mero espacio temporal que ocupa, es decir, el segundo que tarda desde que entra por un oído y sale por el otro. Pero en el otro extremo tenemos aquel pensamiento recurrente que prevalece y que, curiosamente, le gusta cobrar protagonismo cuando estás a otras cosas.

Aquí es donde llegamos al juego de las caretas, donde una persona interactúa contigo y esconde algo. El qué no lo sabes pero sí que reconoces una expresión facial diferente a la habitual, un algo que no te dice pero que está ahí. Quizás no va contigo o quizás sí, pero te activa la neura de qué habrás hecho o dicho o no-dicho. Peor todavía, qué información le habrá llegado a esa persona sobre ti y que desconoces.

Podrías seguir con tu vida ignorando estos hechos pero no es así cómo funcionan las neuras.

Tres años

Sin aliento y con el pulso tembloroso, sin saber si es el efecto de la adrenalina o el esfuerzo de haber bajado tres plantas en tres segundos. Pero qué más da ahora, el tipo está en el suelo, rogando con la mirada porque no le salen las palabras de la boca. Sabe lo que ha hecho, sabe a quién se lo ha hecho y sabe las consecuencias de haberlo hecho, es prácticamente un fantasma que, por unos segundos, aún puede percibir nuestro mundo.

Estrello mi puño sobre su pómulo sin que sea capaz de reaccionar a tiempo para cubrirse la cabeza y ésta rebota sobre el suelo con un ruido seco. Antes de que pueda si quiera coger aliento lanzo otro puñetazo que le hunde el pecho. Percibo el quebrar del esternón y la sangre, junto a lo que parecen algunos dientes, irrumpe en la escena. Mientras su cuerpo yace en el suelo indeciso, sin saber si morir bajo la asfixia de su propia sangre o por el fallo cardíaco de un corazón literalmente roto, yo ajusto el rendimiento del sistema hidráulico de mis implantes, no quiero ser tan drástico con el siguiente.

«Me ha tomado tres años pero, uno por uno, todos cobrarán su jodida deuda y yo podré volver a dormir tranquilo.»