mayo 2009

Recuerdos de Japón

Un día de estos, quizás cuando me paguen puntualmente todos los meses y lo hagan con una cifra acorde con mis aptitudes (qué idílico 🙁 ) haré un viaje a Japón. ¿Por qué a un lugar tan lejano y tan saturado de gente? Quizás sea por ver la convivencia dispar entre la tecnología más vanguardista y su cultura ancestral, o quizás es causa de haber visto demasiado anime/manga…da igual xD.

Mientras me tendré que conformar con las vivencias descritas escuetamente (una foto y un título xD ) por otras personas y los obsequios que éstas me traen (tras mis lloriqueos xD). En esta ocasión la cosa ha cambiado drásticamente y ya no son piedras lo que me han traído.


img_5800

Entre todas esas cosillas que se ven en la foto hay:

  • Unos palillos Made in Japan que hacen morirse de envidia a mi hermana pequeña (muahahahaha).
  • Una postal de la Torre de Tokio adornada con un cerezo típico y dedicada por detrás que incluye firma para falsificar cheques (juas juas).
  • Un Kit Kat pequeño (allí parece que todo lo hacen pequeño salvo los teléfonos móviles que parecen tanques…).
  • Y unas cuantas cosas más que parecen comida (una de ellas parece ¡un pezón! en serio).

Como todo el texto viene en japonés y no vienen fechas de caducidad que yo pueda entender, tendré que ir probando…

Así que Onir, domo arigato gosai mas! 😀

PD: me esperan agujetas en los dedos, como cada vez que como con palillos en el buffet libre japonés xD

La amenaza cuasi fantasma

Cuando ya creía haber dejado atrás los días en los que mi vida corría peligro (salvo por el tráfico diario), llegó, de nuevo, mi ex-compañera de prácticas a poner fin a esa tranquilidad.

Estuvimos dando una vuelta por la playa de Alicante que, contra todo pronóstico, albergaba unas aguas tranquilas como si de un lago se tratase. Algo de lo que se lamentó en voz alta mi ex-compañera de prácticas, que perdió la oportunidad de arrojarme al impetuoso mar que suele arremeter sobre las rocas.


img_5707

Pero no le faltaban recursos. Con la excusa de obtener una mejor vista de la playa fui conducido a un puente oxidado, deshecho, tambaleante y suspendido a 20 metros sobre una carretera de doble carril y doble sentido. Me hizo pasar hasta una segunda vez cuando había más gente y, por tanto, más peso sobre aquel hierro oxidado alicantino en el que ella daba saltitos para ver si cedía.


img_5713

Al quedarse sin recursos que hiciesen de mi muerte algo accidental y trágico, como último intento probó con una horda de motoristas que, por suerte, pude eludir y no me extraña, porque a ver quién se aclara por las calles alicantinas 😛 .


img_5720

Finalmente fuimos a tomar unas coca-cola’s y, como viene siendo habitual, la misma mujer mayor de siempre, gitana y con las rosas más que marchitadas y deshechas nos estuvo increpando durante 10 minutos de reloj para que le comprásemos una. Mi ex-compañera de prácticas se mostró impasible, con ojos pétreos y apunto estuvo de retarla a duelo a muerte sino llega a ser que la mujer se acobardó y, mientras nos maldecía, se marchó hacia un grupo de turistas.

A cambio de tanta tensión me llevé a casa un recuerdo de Granada, lo que viene a ser una piedra, pero especial, al igual que todas las que me regalan 🙂 . Esta tenía un motivo característico en azul y un potente imán en su parte posterior que espero que no cause efectos secundarios…si es que después de los inocentes caramelos no me puedo fiar 😛 .


img_5799

De todas formas, no me explico como aquel domingo pudo acabar sin víctimas…


img_5721