tostador

El pitocondrias

Como toda garantía actual dicta, al cabo de 2 años nuestro microondas murió, al parecer porque el magnetrón dejó de funcionar, pues el resto de cosas como el grill iban sin problemas.

Como ya os conté, su pitido era detestable y su substituto no fue mejor. Nuestro actual pitocondrias microondas, cada vez que finaliza, emite 5 pitidos en vez de uno. Parece que se empeñan en mejorar la impertinencia de los electrodomésticos.

Después está el problema de la botonera, que no hay quién la entienda con los símbolos tan raros que tiene impresos (para que después se quejen de cómo diseñamos los informáticos los formularios). Antes eran mucho más sencillos, con dos ruedas analógicas para potencia y tiempo, sin tonterías ni historias digicuánticas.

A este paso me veo tirando el microondas al suelo, pateándolo mientras, entre lágrimas de impotencia, le suplico que deje de pitar para que, en ese preciso momento, el tostador haga lo mismo y me induzcan a la locura. Después los vecinos acreditarían lo buena persona que era y que jamás hubieran pensado que fuese capaz de volverme amish.

Electrodomésticos detestables

Nuestro viejo microondas pereció tras muchas horas de servicio y a nuestro padre se le fue prohibido desmontarlo para intentar arreglarlo. Así que compramos otro microondas, moderno y capacitado para arduas tareas culinarias y digital…muy digital.

Tiene una pantalla LCD que marca la hora, donde seleccionar el tipo de alimento que vas a calentar y una rueda, que al girarla (digitalmente), te permite ajustar el tiempo y otras cosas. Pues bien, ese cacharro de última tecnología no hace más que pitar, pita por cada segundo que añades al temporizador, por seleccionar la potencia, por abrir la puerta, cuando termina su tarea y hasta por mirarlo. Es un pitido nada agradable para cuando te calientas el desayuno y estás disfrutando del silencio de la casa.

Me recuerda a los ordenadores de las películas que por cada tecla que se pulsa o cada cosa que hace lanza un ruidito. No está mal durante 5 minutos, pero si tuvieses que trabajar con él todo el día lo tirabas por la ventana.

Al final te acostumbras, superas el odio y consigues apartar el pitido que hace eco durante toda la mañana en tu cabeza. Pero se nos estropeó el tostador tras un «plas» al conectarlo a la luz y decidimos comprar uno nuevo. He de añadir que el tostador sí fue víctima de mi padre, que lo desmontó, verificó que no funcionaba y lo metió en una bolsa tal cual.

Compramos un tostador moderno, cuasi digital, donde el pan era colocado de forma horizontal en vez de vertical. Su funcionamiento era impecable y bastante cómodo salvo por un detalle: pitaba. Pitaba cuando él decidía que había pasado mucho tiempo encendido torrando las tostadas y al apagarlo, incluso cuando lo arrancabas del enchufe emitía un ahogado pitido de unas décimas de segundo.

Pero lo molesto no era el pitido, lo molesto era que emitía un pitido con un nivel sonoro por encima de cualquier despertador que haya tenido, agudo y prolongado. Así que al final, si desayunabas pan tostado, entre el microondas y el tostador acababas con un zumbido en la cabeza como para volverte a acostar.

A mi madre le dije que desmontaría el tostador, más tarde o más temprano lo haría y me desharía del dichoso zumbador.

¿A quién se le ocurre hacer electrodomésticos tan molestos?