roncar

El progreso de Champi

Sin lugar a dudas, se trata de una criatura con un alto grado de virilidad acreditada por sus ronquidos, sus eructos, sus pelos en las piernas y su carácter rabioso. Si sigue por este camino, seguramente sus padres no necesitarán el walkie-bebé, los ronquidos contendrán los suficientes decibelios para ser escuchados en cualquier parte de la casa.

Crece bastante bien, 51cm de envergadura y 5 ligeros kilos, manteniéndose así en los límites superiores de su edad. Parece que empieza a distinguir mejor las cosas y las personas, siendo el champiñón que le regalamos lo que más le distrae. También ha comenzado a coordinar mejor con las manos y se agarra al pelo largo y a los escotes (ha salido espabilado…).

Lo divertido es que se puso de muy mal carácter un par de noches según contaban sus padres, tanto como para que se acojonasen de la mala leche con la que lloraba. Vamos que, si pudiese haber hablado, hubiese soltado tacos mientras los miraba fijamente.