correr

Corre corre

Se lanza con un grito al estilo banzai que no es más que un mero reflejo del «No sé cómo se para esto de correr» y Champi realiza el recorrido desde el sofá hasta el televisor ante la mirada preocupada de su madre que no hace más que pensar «Qué hostia se va a dar».

Pasó de caminar ayudándose de las paredes a despreciar las manos que le intentaban ayudar a caminar, pues él solito ya se valía para patearse la casa. Y así es, ahora va a su rollo y, cuando su madre se pone a hablar despreocupadamente por teléfono con la abuela, él camina hasta su espalda, le coge de la pinza del pelo y tira de ella.