cansancio

Proyectos propios

Trabajar es trabajar, muchas veces no lo haces por gusto sino por necesidad. Por eso, muchas veces pienso en lo gratificante de llevar adelante tus propios proyectos sin pensar en tiempos de entrega, en monetizarlo ni en nada más que el simple hecho de disfrutar con ello. Llevo mucho tiempo sin hacerlo porque tengo remordimientos de emplear tiempo en esa clase de proyectos y quitárselo a otras cuestiones que tienen mayor relevancia para mi futuro.

Aquí es donde llega el problema: quiero hacer A para disfrutarlo pero tendría que hacer B para mejorar mi futuro, por lo que no hago ni A ni B y acabo haciendo C para apaliar la sensación que me producen ambas. ¿Tiene lógica? Muy en el fondo lo tendrá pero, igualmente, me causa una fuerte sensación de procastinación que no me deja descansar la mente y voy día tras día trasladando esa sensación de culpabilidad.

¿Por qué no hacer B de una vez y dejarlo aparcado? Porque nada me promete que emplear todo mi tiempo en sacar B vaya a dar sus frutos. De ahí que acabe replanteándome mi devenir, algo que hace que me refugie en C.

Vivo engañado

Hoy he llegado al trabajo enturbiado por las terribles cosas que me pasan, aun sin llevar pantalones blancos, pero nada me quitaba de la cabeza que hoy era jueves y mañana viernes.

Hasta las 20:33 no me he enterado que hoy era miércoles, que aun quedaban dos días laborales en lo que emplearse. Quizás era el cansancio de una semana de dormir poco y hacer mucho que me tenía en un jueves ficticio. Lo más curioso es que los miércoles hago cosas totalmente diferentes a los jueves, pero no sé por qué no me resultaba extraño.

Espero dormir esta noche lo suficiente para coger fuerzas para disfrutar del viernes tarde, justo ese momento en el que dices adiós al trabajo por unos días.