Un adiós

Nunca olvidaré la última vez que la vi, girando su cabeza para mirarme con aquellos ojos castaños tan intensos, su amplia sonrisa y su melena desordenada. Quizás el adiós más corto y profundo de mi vida. Nada hizo agitar tanto mi corazón como aquel momento, como si llegase de pronto al final de un camino que me parecía infinito y me precipitase al vacío.

Se fue, dejándome sin saber todo aquello que quise saber y conocer. Todas aquellas curiosidades que surgieron en su día y que aun siguen latentes morirán con el tiempo.